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Cincuenta goles, 12 en tres partidos, cuatro de media, segundo empatado con el Almería, juego preciosista y eficaz... Pacheta ha encontrado el tono, el juego y los jugadores. Porque el Pucela, este Pucela de Tenerife, es una máquina engrasadísima.
Y eso que el primer tiempo fue inferior al rival, pero tuvo lo que le faltó otras veces: capacidad para marcar en la primera ocasión.
Pese a todo, las sensaciones no eran muy buenas. Pero pacheta supo tocar la tecla, hacer los cambios en el momento oportuno, y desatar el vendaval blanquivioleta.
El segundo gol fue una obra de arte de Sergio León, aunque lo marcara Plata.
Y el tercero un certero cabezazo de Javi Sánchez.
Luego recortó distancias el Tenerife. Un gol para la reflexión. Está bien ir a marcar siempre, pero si ya has recuperado el gol averague particular, quizá es mejor jugar con menos fuego.
Afortunadamente, el Pucela al contragolpe tiene más peligro que cualquier otro equipo. Y Luis Pérez hizo el cuarto. Curioso, de los cuatro tantos, tres los anotaron defensas.
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