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El gol es la salsa del fútbol, pero no siempre hacen de un partido con muchos tantos un buen encuentro. Se vio este viernes en El Toralín. Cuatro goles, emontada del Pucela, un penalti pitado que no era y anulado gracias al VAR, otro que tampoco era y que el árbitro, como era a favor del de casa, decidió que sí era. Y el caso es que el encuentro fue tedioso por momentos.
Empezó poniéndose por delante el equipo berciano. Yuri marcó, claro. Al fin y al cabo el solo ha metido más de la mitad de los goles que ha encajado el Pucela en Ponferrada.
Empataría después Alcaraz aprovechando una gran acción técnica de Gonzalo Plata
Y, oh milagro, el Real Valladolid le daría minutos después la vuelta al marcador. Weissman, de nuevo con la caña preparada, hizo bueno el remate de Olivas.
Pero la alegría iba a durar lo que tardó Yuri en aprovechar la inocencia de Queirós y dar más lustre a un agarroncito de esos que solo se pitan como penalti si lo sufre el de casa. López Toca conseguía así resarcirse del primer penalti que pitó, que no lo fue y tuvo que sufrir el bochorno de verse corregido por el VAR en una acción diáfana. Yuri, claro, marcó y empató
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