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Ganó el Pucela en Ipurua. Era su única opción y la materializó. Y lo hizo tras un partido que dominó, que defendió y en el que puso todo el fútbol. El Eibar apenas creo ocasiones y ni siquiera pudo disparar a puerta. El Yamiq y Josquín anularon a Llorente y a Stoichkov y el centro del campo generó fútbol hasta anotar.
El primero lo logró Nacho de penalti. Penalti que no siquiera discutible
El gol descentró a los locales y le puso al Pucela la pausa y la precisión necesarias. Y fruto de eso y de la profundidad y constancia de Anuar, llegó el 0-2, obra de Weissman
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