Muchos calificativos tiene el diccionario de la Real Academia para describir el ridículo que hizo este miércoles en Lezama el Real Valladolid. Sin actitud, sin ambición, sin ideas, sin garra, sin vergüenza torera, el Pucela fue goleado por el penúltimo de la Liga. Y no se puede decir que el equipo no estuviera avisado. Dio igual. En el primer ataque, primer gol
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Empató poco después San Emeterio. Puro espejismo
En el segundo remate, nuevo gol de los locales ante la indolencia de la defensa. El abismo era ya una realidad
El tercero llegó al rato. Un gol de chiste, con Roberto saltando por encima de la defensa para solo Dios sabe qué
Y como todo podía empeorar, empeoró. El Amorebieta había marcado con centros laterales sus tres goles, así que se marcó el lujo de tirar una pared, y hacer el cuarto.
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