El novedoso planteamiento de Koeman pronto dio resultados al Barcelona. Un saque de esquina acabó con el balón en los pies de Messi, que envió un balón medido y...
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El tanto desató a Messi y empequeñeció al Pucela, que pocos minutos después veía como una genialidad del rosarino suponía el segundo gol
Messi quería su gol. Pero no lo encontraba. Masip se lo negaba una y otra vez. Hasta que Pedri se lo regaló en bandeja
Pese al 0-3, el Valladolid mantuvo el tipo y se fue en busca de, al menso, su merecido gol. Pero Ter Stegen no estaba por la labor. Vaya que no
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