Nueva derrota del Real Valladolid, undécima de la temporada y primera con Álvaro Rubio en el banquillo, en un partido en el que pese a estar mejor colocado y ordenado sobre el campo, volvió a estar un paso por detrás de su rival. Un paso por detrás en creación, un paso por detrás en solvencia defensiva, y un paso por detrás en contundencia en las dos áreas.
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El primer gol de la tarde se hizo esperar veinte minutos, en un balón suelto que no acierta a despejar la defensa y el portero blanquivioletas y que aprovecha Sandro para adelantar a los locales. Poco antes Alberto Moleiro se había ido de Luis Pérez en banda derecha, en una acción individual de mérito que retrató la falta de contundencia visitante.
El empate, poco antes del descanso, lo hizo Marcos André en una acción de delantero centro, y de estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. Centro desde la derecha que toca Sylla de cabeza al corazón del área y Marcos André lo remata al fondo de la red.
Y el 2-1 definitivo lo volvió a hacer Sandro en un golazo a la escuadra en el que la zaga blanquivioleta también aportó su grano de arena. Rodeado de defensores, nadie logra tapar el disparo y Sandro Ramírez puede armar la pierna para mandar el balón a la derecha de Hein, lejos de su alcance.
Semana corta la que entra para el Real Valladolid, que el viernes recibirá en el estadio Zorrilla al Valencia, teóricamente otro rival directo en la pelea por la permanencia y teóricamente con relevo en el banquillo blanquivioleta.
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