Partido loco el que se ha vivido en Zorrilla, en un estreno de Pezzolano en el banquillo que bien se pudo saldar con victoria, también con derrota y que acabó en empate gracias a un penalti de VAR en el último suspiro. Una mano revisada por el colegiado en la pantalla a pie de césped que se sancionó con penalti, y que Muriqi transofrmó en el definitivo 3-3.
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El partido empezó a de cara en la primera parte gracias a un golazo de Kike Pérez, que se marcó una volea a pase de Lucas Rosa que entró como un obús en la portería de Rajkovic.
Tras el descanso empezó mucho mejor el Mallorca, que en un abrir y cerrar de ojos volteó el marcador. Primero marcó Muriqi en un remate de cabeza al adelantarse en el salto a Joaquín.
Cuatro minutos después fue Morlanes quien cazó un rechace en una falta directa que se coló cerca de la base del poste, a la derecha de Masip.
Y cuando parecía que el Pucela bajaba los brazos y se dejaba llevar por el control visitante, los cambios surtieron efecto y Amallah devolvió la igualdad en el primer balón que tocaba.
En el tramo final, un centro medido de Kenedy a la cabeza de Monchu significó el 3-2 y la victoria momentánea del Real Valladolid.
Sin embargo, y cuando el partido ya enfilaba el descuento, una mano dentro del área de Larin fue sancionada con penalti por Muñiz Ruiz, que en primera instancia había pitado fuera de juego.
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