El juez del caso Oikos, que investiga la trama de amaños de partidos de fútbol desmantelada a finales del pasado mes de mayo, ha ordenado a la Policía Nacional el rastreo de 24 dispositivos electrónicos intervenidos a cinco de los principales implicados, entre ellos los dos presuntos cabecillas de la trama, los exjugadores Raúl Bravo y Carlos Aranda; y el exfutbolista del Real Valladolid Borja Fernández, según recoge El País.
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Se trata, en concreto, de 13 móviles, cuatro tabletas, dos ordenadores, tres 'pendrives', una tarjeta de memoria y una consola de videojuegos.
El objetivo de esta medida es encontrar nuevos indicios sobre las actividades delictivas vinculadas a la investigación, y por ello el magistrado Ángel Manuel de Pedro pide expresamente a los agentes que una vez analizada la información que obtengan le comuniquen inmediatamente «el descubrimiento de otros partidos de fútbol supuestamente amañados», según se recoge en un auto dictado el pasado 12 de junio por el magistrado.
Hasta ahora, las pesquisas se centran en la adulteración de los resultados del Real Valladolid-Valencia de la última jornada de la temporada pasada; del Huesca-Nàstic, disputado en Segunda División en mayo de 2018; y el partido Sariñena-Cariñena, de Tercera, disputado el 13 de abril de 2017 y cuyo amaño resultó frustrado. No obstante, los investigadores sospechan que hubo más.
La decisión del magistrado se produce después de que los agentes del Cenpida (Centro Nacional Policial de Integridad en el Deporte y Apuestas) de la Policía, responsables de las pesquisas, presentasen un informe en el que le solicitaban autorización judicial para «el desprecinto, volcado y análisis de los efectos informáticos intervenidos» a los once investigados. El juez, con el apoyo de la Fiscalía, acepta practicar esta medida, pero solo sobre los dispositivos de cinco de los imputados.
En concreto, de los dos presuntos cabecillas de la trama, Bravo y Aranda; de Borja Fernández, exjugador del Real Valladolid; del que era presidente de la SD Huesca cuando estalló el escándalo, Agustín Lasaosa; y del hasta esta temporada jugador del Deportivo de La Coruña Íñigo López. A todos ellos ya se les intervino las comunicaciones durante los meses anteriores a su detención.
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En el caso de Borja, el juez solo pide el análisis de un teléfono móvil, al igual que de Lasaosa.
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