¡Hasta siempre abuelo!

El abuelo de la familia arbitral vallisoletana, más allá de su conocimiento en reglas de juego, sobresalía por la capacidad que tenía para explicarlas y, sobre todo, para inculcar esa regla XVIII, la del sentido común. Siempre se preocupó por sus árbitros dentro de las diferentes facetas de un comité, pero la que más le llenó fue la de formar a chavales. Los cursillistas de las ultimas décadas llevan su sello, de ahí la importancia de Luis dentro de la historia del fútbol base provincial.

Luis no solo decidió quedarse en las aulas y quiso llevar su didáctica al resto de actores, también desde las páginas de este diario enjuiciando con sus deliciosas crónicas la actuación del árbitro. Además, desterró muchos mitos futbolísticos. Y sé que luego fue un orgullo para ti, el que yo te sucediera en tan complicada labor. El día después del partido siempre me caía la llamada para mostrarme su apoyo o su tironcito de orejas, que también los hubo.

El vacío que dejas en este caso va ser físico, pero nunca vas a caer en el olvido porque nos dejas una vida plena llena de experiencias y anécdotas que serán siempre recordadas por las actuales y futuras generaciones arbitrales. Por todo ello querido amigo, me despido con la lágrima del que sabe que ya no te va a poder abrazar, pero con la sonrisa de haber tenido la suerte de compartir contigo tantos momentos que en mi recuerdo nunca morirán.

DEP Abuelo