La Granja decanta desde los 11 metros el duelo entre colistas (1-0)
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Dani Lázaro marca el penalti sobre Jonan y los granjeños, aún en descenso, se acercan a la zona de salvaciónFÚTBOL ·
Dani Lázaro marca el penalti sobre Jonan y los granjeños, aún en descenso, se acercan a la zona de salvación«Lo que cuesta ganar un partido», respiraba aliviado el técnico de La Granja, Miguel de la Fuente, tras el duelo entre los dos colistas, que llegaban con unos paupérrimos 9 puntos en 16 jornadas. Sonrió el cuadro del Real Sitio, que suma su tercera victoria del curso y, aunque sigue penúltimo, tiene a un punto la salvación tras resolver la contienda, prevista inicialmente para la última semana de diciembre.
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CD La Granja
Seif, Cuadri, Caño, Pluma, Thanos, Velasco, Lázaro (Lucho, min. 87), Borja, Jonan (Tomás, min. 92), Vitolo (David Gil, min. 83) y Gabi.
1
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0
Atlético Bembibre
Ivanildo, Rubén (Deivis, min. 76), Samu, Espi, Iñigo, Héctor (Shadi, min. 46), Santi, Willy, Manu, Xavi y Carlos.
GOLES. 1-0 (min. 57) Dani Lázaro, al transformar un penalti.
La tarde empezó con las reservas propias de un envite con aroma a punto de partido. No había grandes secretos en ninguno de los dos planteamientos. La Granja apostó por su centro del campo más sólido, confiando las labores ofensivas a lo que Jonan pudiera generan con su presencia en el juego aéreo y sus caídas a la banda, a la espera de que la velocidad de Lázaro o el talento de Vitolo ayudaran a marcar diferencias. El Bembibre, con la prudencia justificada por ser visitante, arriesgaba lo justo con la pelota y esperaba el momento para esgrimir su peligro en juego aéreo.
En ese lenguaje de acciones irrelevantes, La Granja empezó llevando un mayor peso y amagó con generar peligro. Como quien susurra una ocasión que se desvanece inmediatamente, Jonan ejecutó su primer testarazo desafortunado a pase de Lázaro. Los disparos del colombiano y Vitolo desde el balcón del área –ambos muy desviados– servían para enumerar los esfuerzos locales ante un rival que, pese a sus carencias, esgrimía la buena colocación de temporadas anteriores.
Fue creciendo el Bembibre con el paso de los minutos, aprovechando las fallas de La Granja, como una falta evitable de Jonan escorada a la banda izquierda. Fue una de esas acciones aceleradas del colombiano que le han costado alguna amarilla más de la cuenta; el colegiado no estrenó el tarjetero en todo el partido, aunque no le faltaron motivos. El cuadro leonés sirvió con argumentos esa falta lateral y Manu empaló a placer desde el punto de penalti un tiro que le cayó a Seif, afortunado, en su exacta ubicación.
No hubo cambios en el descanso, pese a que Seung, Lucho y Tomás calentaron. El argentino preguntó a sus compañeros –lesionados y no convocados– que estaban viendo el partido en el tejadillo: «¿Qué tal el palco?». La Granja salió más animada de vestuarios y Lázaro ejecutó con mordiente una falta en el balcón del área, un tiro fuerte por bajo que se marchó por la derecha.
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La consigna ante cualquier balón dividido era clara: patadón y cero complicaciones. Con el Bembibre encerrado, La Granja empujó con esos envíos hacia el área que aunaban tanto la esperanza ofensiva como evitar complicaciones atrás. El esférico le cayó a Jonan, que caracoleó en los primeros metros del área y fue claramente derribado por Shadi, que se lanzó muy pronto al suelo. Lázaro transformó con fuerza el penalti con un tiro raso pegado al palo derecho, justo donde quería colocar la falta anterior. Lo celebró feliz el palco.
La Granja había encontrado el oportunismo y su capitán, Pluma, gritaba antes de que el juego se reanudara: «Vamos, que no hemos hecho nada. Intensidad hasta el final». La proclama, seguida de algún taco preceptivo, era obligada. Quedó tocado el cuadro leonés, obligado a adelantar líneas y a exponer sus carencias en el repliegue. Pudo aprovecharlo el cuadro local en otra transición de Lázaro, que llegó a línea de fondo y asistió a Gabi, que remató a bocajarro en el primer palo pero no encontró puerta.
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El entrenador de La Granja, Miguel de la Fuente, enumeró lo cosechado con la victoria. «Tres puntos, confianza, ante un rival directo... Sobre todo, creer en lo que estamos trabajando». Habló de la importancia de incorporaciones como Borja, que fue titular y jugó el partido entero, o David Gil y analizó el planteamiento. «La clave era saber que ellos eran muy fuertes en juego directo, que acumulaban mucha gente en segunda jugada, y tener tranquilidad en el juego con balón para enlazar alguna contra buena y estar muy concentrados a balón parado. Sobre todo, conocer que nosotros somos muy buenos en muchas cosas y en otras, que somos más débiles, tenemos que estar todos juntos y concentrarnos para sacarlo adelante. Y hoy lo hemos hecho».
El técnico reconoció su preocupación por la falta de acierto. «Yo entiendo a los chicos. El campo está como está y hay cansancio. No estoy haciendo muchos cambios en el transcurso del partido. Me preocupa, pero más me preocupaba la portería a cero».
Por su parte, el entrenador del Atlético Bembibre, Fernando Rodríguez, rechazó que la derrota marque un punto de partido. «Yo soy un deportista y los deportistas tenemos claro que hoy termina un partido y mañana empieza un entrenamiento para encarar el siguiente. Eso de punto de partido será para los tenistas». Definió a La Granja. «Es un equipo con jugadores de mucho nivel y que intentará salvarse con lo suyo».
Valoró sin matices el encuentro. «Ha sido un partido malo, con muchas disputas, en el que no hemos controlado las zonas de caídas. En una acción dentro del área, que hemos defendido mal, ha hecho el penalti y ha marcado la diferencia». No buscó excusas en el cambio de calendario. «A toro pasado, todo suena mejor. Teníamos claro que veníamos de trabajar bien. Hemos decidido entre todos adelantar el partido y no ha sido un factor determinante, sino que hemos cometido un error muy grave en defensa».
La intensidad que demandaba Pluma exigía a atacantes como Vitolo echar un cable en tareas defensivas. Lo hizo, desbaratando una prometedora jugada ensayada del Bembibre a balón parado. El problema de La Granja era no perdonar. Y volvió a tener la sentencia en un testarazo a placer de Velasco en un córner. No cogió puerta y se echó las manos a la cabeza.
El marcador daba esperanzas al Bembibre, que amagó con el empate en una falta de Pluma en el vértice del área grande que empaló con fuerza Iñigo. El tiro, alto pero centrado, permitió a Seif lucirse con una palomita. Pese a su gran envergadura, el meta egipcio es tímido a la hora de vocear a sus defensas en acciones a balón parado y se llevó por delante a Thanos, al que golpeó en la espalda con los dos puños en una jugada sin consecuencias. Con el Bembibre roto, Lázaro tuvo la sentencia en un mano a mano, pero se echó el balón demasiado largo y perdió el control de los acontecimientos antes del remate. Tocó sufrir, pero hubo final feliz.
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