El gran capitán cuelga las botas tras 17 años en el Becerril

Hablar de Alberto Melero es hablar de un símbolo, un icono en el Becerril. Más de 17 años en los que el mediocentro ha vivido cuatro ascensos a Tercera División, la disputa de una histórica Copa del Rey y algún que otro descenso, del que prefiere olvidarse. Desde el pasado fin de semana el equipo se quedará un poco más huérfano porque el jugador ha decidido colgar sus botas a sus 37 años. Los morados recuperaron en la última jornada de Regional la categoría perdida el pasado verano tras derrotar al Tardelcuende (2-0), en el último partido del gran capitán, que era manteado por sus compañeros al final del partido.

«Mi objetivo era dejar el Becerril donde empecé, que es en Tercera División. Este año era el momento, pero ya lo tenía pensado con anterioridad», reconoce Alberto Melero, que ya lo sopesaba en la temporada 2019-2020, pero llegó la Copa del Rey y «no le vas a decir que no a jugarla», explica el futbolista morado, que reconoce que durante su trayectoria tiene dos momentos muy especiales. «Sin duda un gran momento es el primer ascenso, porque coincidió con el nacimiento de mi hijo y eso para mí está marcado, y el segundo fue la disputa de la Copa del Rey, porque puso a Becerril en el mapa. Llevamos con mucho orgullo el ser el equipo del pueblo más pequeño en jugar el torneo», reconoce. «Jugar contra un Primera como la Real fue algo maravilloso», añade.

Y es que ninguno de los protagonistas olvidará aquel lluvioso 19 de diciembre de 2019 con un campo como La Balastera repleto, como hacía años que no se veía. Otro de los grandes momentos de este pequeño club. «Pensábamos que como mucho irían 2.000 ó 3.000 personas, pero cuando empezaron a pedirnos entradas y vimos el ritmo que cogía, nos sorprendimos. Si llega a ser más grande La Balastera hubiese entrado más gente», señala el jugador morado.

Con este último, el jugador ha vivido con el conjunto morado cuatro ascensos de categoría, aunque vienen sucedidos de sus correspondientes descensos. «No hay que olvidarse», reconoce Melero, que no ha parado de recibir felicitaciones por parte de sus compañeros y amigos, pero también de sus rivales en el campo. «Tengo una sensación agridulce, porque dejo el fútbo,l que ha sido una parte importante de mi vida. Pero da gusto que se acuerden de ti tanto compañeros como rivales».

Pero Melero también recuerda sus inicios con tan solo cinco años en la Peña Castilla. Tras este comienzo partiría como cadete al Real Valladolid, donde llegó hasta juvenil. Poco después, llegaría por primera vez a un club donde se ha hecho un nombre, el Becerril. El jugador también pasaría por la Arandina, con la que jugó un 'play-off' de ascenso, el Palencia Cristo o la SD Ejea. «Pero el Becerril, después de 17 años, se ha convertido en el club que llevo en el corazón».

Aunque llevaba varios años sopensándolo, el futbolista quiso guardar el secreto hasta el último momento. «Quería que tanto compañeros como afición estuviesen pensando en el partido. Tenía en mente anunciarlo si hubiésemos ganado el partido en casa ante el Unami, pero no se dio así. Hemos tenido que luchar hasta el final en una temporada muy dura, porque el Unami nos lo ha puesto muy difícil», explica el jugador morado.

En cuanto al futuro, el ya exfutbolista reconoce que, de momento, será un aficionado más. «Me gustaría seguir entrenando con ellos porque son buenos amigos, pero ni me he propuesto nada ni me han propuesto nada desde el club. Si lo necesitan yo estoy a su disposición. Ahora les apoyaré desde la grada», afirma Melero, que augura una temporada complicada. «Será un año difícil por culpa de las limitaciones, pero si mantiene el bloque, se conseguirá la permanencia», concluye el gran capitán Alberto Melero, que dice adiós con el cariño de todo un pueblo.

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