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Hasta hace relativamente poco, todavía pululaba por el vestuario gimnástico la sensación de que, con hilar un par de victorias consecutivas, el rumbo se reconduciría de tal forma que luchar por objetivos mayores que el de la permanencia estaba todavía al alcance de la mano. ... El empate del domingo ante el Salamanca dejó claro que pensar en otra cosa que no sea salvar la categoría está completamente fuera de lugar. Porque un resultado que, cuando se logró en El Helmántico, parecía fantástico en estas fechas resulta insuficiente habida cuenta de que los rivales directos han conseguido sumar de tres en tres. Además, han conseguido hacerlo contra rivales de entidad, porque el Arenteiro derrotó en casa por 2 a 1 al URJC Móstoles; el Marino ganó en Luanco por la mínima al 'Compos'; el Llanera venció también en casa al Pontevedra. Cabe añadir que el Real Avilés sacó un punto en su casa frente al Cristo Atlético. «Se da la paradoja de que estamos más cerca de la salvación, a dos puntos, pero en peor situación», comentaba con amargor Manu González justo después del partido, en una rueda de prensa en la que necesitó tragar saliva más de lo normal.
Cuando el equipo viajó a visitar al Arosa, se había fijado el objetivo de sacar nueve puntos en los tres partidos que allí comenzaban. La derrota marcó un nuevo objetivo, que seguía siendo el de sumar nueve puntos en los tres partidos siguientes. Empatar en el campo del Ceares y frente al Salamanca ha hecho que los supuestos nueve se hayan quedado en cinco. Escaso bagaje. El próximo domingo comienza un periplo en el que hay que enfrentar a Pontevedra, Compostela, Móstoles, Leganés B y Bergantiños. En la primera vuelta no se sacó un solo punto contra todos ellos, pero en los primeros partidos se habían sumado 11. La segunda vuelta está apretando tanto las tuercas que en esos mismos partidos, el equipo únicamente ha conseguido sumar 7. Eso sitúa a la Gimnástica con 27 puntos, quedando diez jornadas para cerrar la temporada regular, o sea 30 puntos más.
Ha sido el propio entrenador, Manu González, el que ha puesto el objetivo encima de la mesa. Lo hizo también tras el partido contra el Salamanca, después de reconocer que «se nos han escapado cuatro puntos que yo creo que estamos capacitados para conseguir», hablando sobre los dos últimos empates. La cifra de 40, quizá 41, puntos para la salvación también la mencionó él mismo. Eso supone que, para ir con cierta holgura, el equipo debe conseguir sacar la mitad de los puntos en juego.
«En estos seis partidos», hacía referencia a los que comienzan el sábado en Pasarón, «sacamos un punto en la primera vuelta, con lo que tenemos que ir a muerte a por todos; no tenemos nada que perder. Hemos de ir a por esos partidos sin ningún tipo de complejos. Todo lo que saquemos de positivo, no lo sacamos en la primera vuelta». Siguiendo ese plan, todo remite a pasar estas seis semanas de durísimos enfrentamientos y, al terminar, hacer balance. Porque el último mes de competición, encarando ya a equipos directamente involucrados en la misma lucha por la permanencia y con más partidos en casa, será el que termine decidiendo.
El rival al que se va a enfrentar la Gimnástica el sábado, a las 19:00, en el Estadio Municipal de Pasarón, llega también en un momento delicado de la temporada. Un equipo construido para el ascenso directo, ve cómo los últimos resultados le dejan actualmente a seis puntos del Unión Adarve. La derrota en el campo del Llanera no ha hecho más que acentuar una sensación que los últimos resultados ya venían alentando. El Pontevedra está empezando a fallar en los metros finales justo cuando llegan los momentos cruciales de la temporada.
La pareja conformada por Charles y Rufo, ha perdido olfato goleador. El segundo no es el mismo desde la lesión por la que pasó al inicio de esta segunda vuelta y al brasileño le ha caído la peor noticia que podía recibir su equipo. Fue expulsado el pasado fin de semana por encararse con el colegiado y, al recoger el acta que lo hizo «de forma violente» se expone a una sanción que puede ir desde los cuatro hasta los doce partidos. No estará frente a la 'Sego', pero es que tampoco podrá estar en los cruces que se antojan fundamentales contra el Adarve y el Navalcarnero. Por todo ello, el partido frente a los segovianos se convierte en clave para los intereses de un equipo que tiene a sus aficionados de uñas, pues en casa tampoco están logrando sacar más de el 50% de los puntos.
La cuestión es que el equipo se ve abocado a demostrar solidez y estabilidad en los resultados justo cuando se mide a equipos que han mostrado, sobre el papel y sobre el césped, superioridad. En los últimos partidos sí ha habido un cambio en la Segoviana, que es más firme atrás; al menos desde el gol encajado en Vilagarcía de Arousa. Pero el tema de pisar el área rival ya queda patente que es un problema, porque el equipo se atasca y llega poco. Sumado eso a la poquísima pólvora demostrada, hace pensar que la tabla de salvación cada vez es más estrecha y la red que impida la caída menos densa. El vestuario sigue pidiendo fe en el bloque mientras la hinchada empieza a necesitar pruebas.
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