Lamine Yamal paseó su estrella en la ÍscarCup: 9 años y 9 dianas

Decía el escritor mexicano Juan Villoro en 'Balón dividido' que «el fútbol es de alguna manera el regreso voluntario a la infancia donde lo más importante es el juego». Porque el juego, liberador y rebelde, «nos permite recuperar la infancia a través de un momento con el balón» Quien haya visto a niños disfrutando en la calle, en el patio del colegio, en un campo pequeño o en un pueblo, sabe que eso es lo más serio que pueda existir. En el caso de Lamine Yamal uno se pregunta si, como niño que es, todavía piensa que esto es sólo un juego. O algo tan importante que puede llegar a paralizar a todo un país. Antonio Agredano lo refleja de la misma manera: «El fútbol alarga nuestra inocencia».

Y es que parece mentira pensar que Lamine Yamal, que ayer 13 de julio precisamente celebraba su cumpleaños (17), fue alguna vez un niño futbolista. ¡Sí casi lo sigue siendo ahora! Pero sí. Yamal jugó, disfrutó, anotó goles, ganó y también perdió. Lloró, además, junto a sus compañeros de camiseta blaugrana en aquel mes de abril de 2017 en Medina del Campo. Los destellos de un futbolista juvenil actualmente con una gran clase ya se vieron reflejados en tierras vallisoletanas y medinenses hace nada más y nada menos que siete años. Lamine Yamal disputaba la VII edición del trofeo alevín ÍscarCup Memorial Pedro Sánchez Merlo 2017 que por entonces organizaba Jesús Hernansanz. Era este uno de los mejores torneos que ha presenciado la provincia vallisoletana, primero en Íscar y luego en su peregrinaje a Medina del Campo y a Tordesillas antes de que enfilara su andadura por Madrid y otras Comunidades Autónomas con otros dueños y filosofía, aunque bajo la misma marca.

Concretamente la edición de 2017 se disputó en Medina del Campo y allí fue donde por primera vez el Real Madrid se hacía con el título de vencedor del mismo tras derrotar en la final al Rayo Vallecano. El cuadro de Vallecas fue el verdadero 'matagigantes' del campeonato, venciendo al Barça de Yamal en los penaltis de las semifinales y plantándose en la ronda decisiva ante el Real Madrid.

El Barcelona ya algo desmotivado caería también por el tercer y cuarto puesto con el Villarreal en la para ellos fatídica tanda de penaltis. La ÍscarCup Medina registró 337 goles, con un promedio de 4,81 tantos por partido en los 70 enfrentamientos disputados. Lamine Yamal, portando el brazalete de capitán de ese FC Barcelona, y con solo nueve años, fue uno de los mejores jugadores y anotó varios goles marca de la casa desde fuera del área. Siempre partiendo de la banda hacia adentro (como ahora), con 9 dianas fue el máximo realizador de un FC Barcelona que firmó 31, la cifra más alta del campeonato. El mejor jugador a la postre (solía ser de un futbolista que disputara la final) fue a parar a Paulo Iago Álvarez, del Real Madrid. La hinchada de la selección paulista, llegada desde Brasil, en un campeonato que contaba con varios de los mejores equipos a nivel nacional e internacional, fue designada como Trofeo Valores del fútbol.

En la ceremonia de premiación, el ex jugador del FC Barcelona (y Real Valladolid entre otros), Juan Carlos Rodríguez fue el encargado de entregar el trofeo de máximo realizador a Yamal. Su cara, todavía de más niño que ahora, no reflejaba que algunos años después, no muchos, sería la referencia principal ofensiva de la selección nacional en la Eurocopa de Alemania y uno de los triunfadores ante la Francia de Mbappé, pero así fue. Con el pelo muy, muy corto, Lamine estuvo en Valladolid, en Medina del Campo, de niño, y haciendo de manera destacada lo que ya se atisbaba: regatear, disfrutar y marcar goles. ¡Que no se acabe la fiesta!

El 'alma mater' de la ÍscarCup desde sus inicios, el abogado iscariense Jesús Hernansanz, se acordaba perfectamente de lo que fue capaz de demostrar en ese campeonato Lamine Yamal con 9 años. «No sé el rival, pero en la fase previa, recuerdo que anotó cuatro goles en apenas diez minutos y el entrenador lo cambió quizá para que no siguiera abusando. Me di cuenta de que regateaba con la mirada». Ese Barcelona llamado a enfrentarse en la final con el Madrid cayó en los penaltis con un ultradefensivo Rayo Vallecano. Así se perdió ver el enfrentamiento por el título entre los dos jugadores más prometedores de esa hornada de 2007: Paulo Iago y Lamine Yamal.

Lo que son las cosas. Mientras Yamal se ha convertido ya en una estrella y goleador internacional, el gallego Paul Iago, una de las perlas de la fábrica merengue, no pasa por sus mejores momentos e incluso se ha hablado de su salida tras una mala campaña en el juvenil de Álvaro Arbeloa. Una lesión y la falta de confianza han llevado a que este zurdo, la joya de Valdebebas, el heredero de Guti con más de 200 goles en la cantera del Madrid, haya terminado una temporada desilusionante perdiendo su sitio y el protagonismo en un mar de dudas. «El fútbol es así de crudo. Unos llegan y otros no. Nunca puede saberse. Ya vamos viendo por las primeras plantillas de grandes equipos a aquellos futbolistas que estuvieron en la ÍscarCup. Es el caso de Alejandro Garnacho 'El Bichito', el internacional argentino del Manchester United que jugó en 2013 la ÍscarCup con el Getafe hasta que se lo llevó primero el Atlético de Madrid y luego el Manchester», dice Hernansanz, que apunta que poco a poco «saldrán más jugadores». Lo mismo que otros se quedarán en el camino.

Tras perder la niña de sus ojos, la ÍscarCup, Jesús Hernansanz apenas puede verlo ahora «ni por televisión», pese a que todos los años le invitan. «Sufrí mucho al final y no, no soy capaz. Es parte de mi terapia». Era un gran campeonato con un formato que contaba con los mejores equipos nacionales y extranjeros. «El último año teníamos conversaciones para haber traído a River Plate y al Santos brasileño».

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