Ignacio Tylko
Martes, 14 de junio 2016, 19:17
«Los grandes jugadores no aseguran un buen equipo. Se tienen que adaptar bien para poder potenciarle». Diego Pablo Simeone, técnico argentino que supo exprimir las virtudes técnicas de Arda Turan y, sobre todo, hacerle durante cuatro años un jugador combativo en el Atlético, ya avisó sobre lo que le podría ocurrir a la estrella turca en el Barcelona. En el club rojiblanco se celebró en privado la venta por 40 millones de Arda al equipo azulgrana, que consumó el fichaje más caro de un futbolista turco en la historia y se hizo con su segundo jugador otomano, tras el portero Rustu.
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Su primer curso como culé no ha sido un camino de rosas para él, aunque celebró el doblete Liga-Copa. Privado de jugar hasta enero de 2016 por la sanción que impedía fichar al Barça, cuando al fin pudo hacerlo el bloque de Luis Enrique ya estaba conformado y no había hueco en la delantera formada por Messi, Luis Suárez y Neymar. Y de mediocentro sabido es que Arda se apaga porque carece de sentido táctico y tiene tendencia a regatear y perder balones en zonas de riesgo.
«Creo que es una preciosa historia desde el principio», señaló, no obstante, Turan, en un artículo publicado en su país y en el que recordaba toda su carrera. Originario de un barrio obrero de Estambul, donde pusieron su nombre a una calle, es un ejemplo para los jóvenes porque les demuestra que es posible empezar desde cero y llegar a lo más alto. «Formo parte de uno de los mejores equipos de siempre. Estoy muy feliz por mi propia carrera, y por los niños turcos y la afición del Galatasaray. Creo que puedo ser un referente para ellos», explicaba Arda.
Pese a su falta de ritmo y a disfrutar de sólo 1.174 minutos esta temporada en el Barça, la tercera parte de los que jugó a un gran nivel el curso anterior en el Atlético (3.352), Turquía confiaba ciegamente en él y le esperaba con ansiedad para la aventura en la Eurocopa francesa. Pero el deambular de Arda sobre el césped del Parque de los Príncipes de París y su aparente desidia en la derrota del domingo ante Croacia no pasaron desapercibidos en un país que apuntó a su mejor jugador después de la derrota.
Escondido
El partido de Arda fue horrible. No dio una y mostró un estado físico preocupante, sin chispa, sin imaginación y sin tirar desmarque alguno. Apenas participó del juego y pareció esconderse entre los 22 actores. Mientras Luka Modric ejercía de líder en Croacia y decidía el partido con una volea maravillosa, los turcos sufrían con su ídolo desaparecido. Tanto es así que su entrenador y padre espiritual, Fatih Terim, le sustituyó a 25 minutos del final por Burak Yilmaz y luego cargó contra Arda y Hakan Çalhanoglu, centrocampista del Bayer Leverkusen. «Nuestros dos jugadores más importantes no cumplieron las expectativas, pero no dieron lo suficiente», espetó el veterano seleccionador turco, antes de lanzar un aviso también a los secundarios del equipo. «Hay jóvenes que también deben darnos más para poder clasificarnos», precisó.
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Cabizbajo y con paso lento pese a ir perdiendo, Arda se marchó sin rechistar del campo y recibió los abucheos de una parte de la caliente afición turca que, si hay algo que no perdona, es la desgana. Arda no se escondió tras el partido y se disculpó ante sus compatriotas. «Pido perdón al pueblo turco porque no he jugado bien, pero mis compañeros realizaron un buen combate pese a la derrota», enfatizó el azulgrana, que luego no se detuvo a solicitud de los periodistas españoles en zona mixta.
Pese a esa aparente depresión que le acompaña, Arda espera reactivarse en la reválida ante el combinado de Vicente del Bosque. «Debemos mantener la cabeza alta porque si estamos unidos aún podemos superar la primera fase y hacer cosas lindas. Espero que contra España podamos jugar mejor y ganar», afirma este curioso tipo de 29 años, con 92 partidos y 17 goles en Turquía.
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Preparan los de Terim ese duelo concentrados en un búnker, sin declaraciones a la prensa, salvo las obligadas por la UEFA, y con los entrenamientos cerrados. Un buen lugar para la serena reflexión del 'Leónidas turco', en alusión al rey de Esparta que lideró a un mermado ejército contra el poderoso enemigo persa. ¿Hará honor a ese apodo Arda cuando el viernes se enfrente a los campeones del mundo en Niza?
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