España, hey, hey

La Roja baila no es la Pasionaria atacando el Kasachock, es el nuevo himno de la selección española para la Eurocopa. Sergio Ramos y Niña Pastori son los solistas y autores de la letra (ni que decir que usan más allá del título esa melonada de la roja). Ramos es el Fernando Morán de la selección. Sólo le faltaba cantar así. Cantar eso. Escuchas el temazo y dan ganas de invadir Bayreuth. El sevillano no tiene la modestia de Mark Twain: Las personas que me han oído cantar dicen que es mejor que no cante. Protagonismo del de Camas aparte, todo el equipo (o el coro que lo sustituye) tira del estribillo. España, hey, hey. Cantamos gol, gol.

David de Gea está en el coro (él en un extremo y Casillas en el otro). Iker canta más que David. Y lo hace con más gracia. Seguramente Edurne no está preocupada ahora por los gorgoritos de su novio. No sé qué habrá hecho De Gea más allá de relacionarse con Torbe. Por lo que se ha publicado, no participó en ninguna actividad sexual. Una de las testigos dice que concertó y pagó un encuentro. Él lo niega todo. Delitos al margen, la combinación putas y futbolistas es más tradicional que la ginebra y el vermut seco. Ahí están Benzema y Ribery antes del mundial de Sudáfrica con aquella menor. O Frank Lampard y Rio Ferdinand en Chipre (hasta se dejaron grabar). Maradona confesó puterío para escaquearse de las acusaciones sobre drogas en 1991. Para el mundial de 2014 pidió a una televisión que le pagaran con dinero y mujeres. No hubo contrato.

En todo caso, mejores estos pintas que Muhammad Ali. Cuando ganó a Frazier en Manila, tres modelos inglesas con las que cenó lo invitaron a subir a su habitación. Ha contado su acompañante Ronnie Nathanielsz (comentarista deportivo) que pidió un zumo de naranja, se sentó en el sofá, les metió un rollaco sobre el Islam y las hizo rezar hasta las tres de la madrugada. Y las idiotas no lo denunciaron.

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