Álex Baena familiar, jugón y con carácter

Fue un camino bañado en lágrimas. Del joven por separarse de su familia y de la progenitora, por alejarse de su retoño. En algún momento de los 540 kilómetros de viaje se plantearon girar el volante y regresar a Almería. Por fortuna para el jugador, para el Villarreal, para la selección y para el fútbol, no cayeron en la tentación. Allí, al abrigo de ese gran hombre que era José Manuel Llaneza se sintió como en casa desde el primer momento. Empezó en el alevín A. Tenía 11 años. Y pese a las comodidades de las que disfrutaba, quiso volverse en numerosas ocasiones. Sólo la insistencia de Sara lo impedía.

En una entrevista en 'Relevo' desvelaba que llamaba a su madre 11 o 12 veces al día, y el club, atendiendo el carácter del joven, le permitía regresar a casa los días que fuera si así lo necesitaba. Pero la morriña la combinaba con un temperamento indomable. Se prometió a sí mismo que podría triunfar en este deporte. Y se impuso su terquedad. Fue ascendiendo categorías en la cantera del Villarreal hasta plantarse en el filial. Unai Emery ya lo tenía en su foco pero todavía no lo veía para la tensión competitiva de la máxima categoría, aunque sí le hizo debutar con 18 años y 358 días contra la Real Sociedad. El técnico de Hondarribia le marcó el camino a seguir y sugirió a Baena una cesión. Quizá fue una de las mejores decisiones de su carrera.

Arribó al Girona y se encontró con un entrenador que le marcó para siempre. Míchel adobó ese proyecto de jugador para convertirlo en todo un jugón. Por cierto, no viajó solo a tierras catalanas. Le acompañó su hermano Miguel, que tiempo después contaría que se hizo fisioterapeuta para seguir los pasos de Álex. Era agosto de 2021 y con el conjunto gerundense completó una temporada fantástica, rematada con el ascenso a Primera.

El Villarreal contempló que ya era el momento de Baena y le hizo jugador de la primera plantilla. Pero nada ha sido fácil en la vida del almeriense. Se había marchado Emery y tomó el banquillo Setién. El futbolista comenzó a desplegar ese fútbol de desborde, con una visión de juego deliciosa y con un golpeo de balón contundente. Pero Setién no aguantó y el Villarreal apostó por Pacheta, que tuvo que trabajar con el jugador tanto su valor deportivo como un carácter desmedido. Se afanó en que lo dominara. «En lo futbolístico es fantástico, es vertical, tiene pegada… La ambición, la ira, los pecados capitales, si los tienes controlados son el mejor motor que tiene el ser humano. Y Álex tiene ese mala leche para competir, pero no debe irse de ahí. Tengo un reto estupendo con él», manifestó el técnico.

Y Baena ha cumplido. El admirador de Iniesta ha conseguido asentarse en una posición similar a la del genio de Fuentealbilla. Y han empezado los intereses de clubes importantes. Uno de ellos no será el Real Madrid, al que rechazó en su día y con el que ha mantenido una tirantez extrema tras el problema que tuvo con Fede Valverde. En abril de 2023 se enfrentaron los capitalinos con el Villarreal en el Bernabéu. Algo pasó en el campo que derivó en una trifulca en el parking. El madridista le propinó un puñetazo y el asunto acabó en los juzgados.