Enrique Cerezo: «Después del Mundial se verá al Atlético de siempre»

Junto al dirigente también acudió el exjugador colchonero Roberto Fresnedoso, que este año se convertía en el invitado de honor. Fresnedoso llegó al conjunto madrileño en 1995, pese al interés inicial del Barcelona, y formó parte del histórico equipo rojiblanco que logró el primer doblete de Liga y Copa en 1996.

«En este mismo lugar celebramos el primer aniversario y estuvo como invitado Isacio Calleja, jugador palentino y uno de los míticos del equipo», comenzaba diciendo en el discurso de presentación Máximo Alonso. «En esta peña hemos estado en las buenas y en las malas, intentando robustecer al club», añadía.

Tras la presentación del presidente de la peña llegaba el momento más importante de la noche, cuando tomaba la palabra el máximo dirigente del club rojiblanco. «Veinticinco años son muchos y es de agradecer el apoyo constante que la peña ha tenido con el equipo, porque las peñas son la base de un gran club», apuntaba Cerezo.

El presidente madrileño hizo un breve repaso de la historia atlética durante los veinticinco años de existencia de la peña y habló de un resurgimiento del equipo. «No solo hemos vivido el ascenso deportivo, también hemos visto el nacimiento de un estadio que ahora es la envidia de todo el mundo», incidía Cerezo, que anunció que en dos meses comenzarán las obras de la ciudad deportiva del club, «que en principio estarán acabadas en un año o año y medio».

En su discurso, el presidente atlético también hizo hincapié en el mal momento deportivo que atraviesa el club. «No hemos empezado bien, pero esto todavía no ha acabado, no podemos rasgarnos las vestiduras tras catorce partidos. Es normal la preocupación, pero después del Mundial de Catar se verá al equipo de siempre», aseguró.

Durante el acto se pudieron ver también a representantes de las peñas de Gamonal, La Bañeza, Belmonte de Campos y Valladolid. Tras el discurso, el máximo dirigente, que finalmente no se quedó a cenar, agradeció la invitación y firmó autógrafos y se tomó fotografías con los seguidores.

Antes de retornar a tierras madrileñas, también hubo un intercambios de obsequios. Enrique Cerezo recibió la figura del Cristo de parte de la peña y les entregó la placa conmemorativa de los 25 años, una bufanda y dos relojes del club. Los seguidores le despidieron con una fuerte ovación y posteriormente comenzaron a cenar y a compartir historias, dudas e inquietudes sobre el club de sus amores.