Borrar
Joaquín celebra la Copa del Rey sacando el capote, igual que hizo en 2005 en el Vicente Calderón. Foto: R. C. | Vídeo: Atlas

La Copa del cuarentón Joaquín

Del Manzanares a La Cartuja, 17 años con la leyenda bética como denominador común

Ignacio Tylko

Madrid

Domingo, 24 de abril 2022, 18:17

El cuarentón Joaquín, santo y seña del beticismo, 'showman' y modelo del fútbol español, es uno de esos privilegiados a los que ovacionan en todos los campos. Salvo la del Sevilla, no hay afición que no le haga ojitos. Destila arte, ya sea zigzagueando entre sus rivales, asistiendo, bromeando con sus compañeros en el banquillo, protestando con sarcástica sonrisa a los árbitros, contando chistes, protagonizando spots publicitarios al más puro estilo de La Casa de Papel, bailando y con el capote en mano. Es al fútbol lo que representa para el toreo Curro Romero, presente por cierto en la final de La Cartuja ante el Valencia.

Salvo ese penalti final transformado por el joven Juan Miranda y el error anterior del valencianista Yunus Musah, Joaquín fue el foco de la final desde que el ingeniero Manuel Pellegrini le introdujo en el minuto 86 en lugar de un extenuado Juanmi. Durante la prórroga, pidió una y otra vez el balón, marcó los tiempos, metió el miedo en el cuerpo de los rivales con alguna de sus internadas y, con suspense, marcó su penalti en la lotería decisiva. Y la fiesta fue sobre todo suya.

Brillo, carisma y deportividad. En medio de la celebración, con los jugadores del Betis en una piña ante sus sus incondicionales, de pronto faltaba Joaquín. El capitán había estado en el momento de éxtasis inicial bético, pero, pasados unos minutos, se marchó, respetuoso, hacia la zona técnica del Valencia, uno de los equipos donde el andaluz dejó su impronta durante cinco años, con 218 partidos, 30 goles y una Copa de España en el curso 07-08. Por allí deambulaban aún el 'staff' de José Bordalás y la plantilla liderada por el desconsolado José Luis Gayà, otro ejemplo de pertenencia. Todos rotos por la tristeza de perder una final en el drama de los penaltis. Joaquín fue saludando uno a uno con un abrazo y palabras de afecto a los derrotados. Puro 'fair play', solidaridad y compañerismo.

Tras levantar la Copa que le entregó el rey Felipe VI, también entregado al eterno capitán verdiblanco, Joaquín combinó lágrimas con bromas. Felicitó al rival, confesó que los penaltis son una lotería, recordó que el georgiano Mamardashvili casi detiene el suyo, y dedicó el título sobre todo a su familia y a los que están en la sombra: cocineros, utilleros, mujeres encargadas de la lavandería...Hizo soñar a sus incondicionales con seguir en activo a pesar de ser ya un jugador más bien residual para Pellegrini. «¿Cómo me voy a ir ahora que empezamos a ganar?», bromeó. Seguirá un año más, que no es cuestión de aguar la fiesta.

Torero, cogió el capote mientras desde la grada le jaleaban con olés. Ya más en la intimidad, se acercó a su familia. Lloró como un niño desconsolado al ver a sus dos hijas y a su mujer. «Me dijiste que me iba a retirar y no me ibas a ver ganar un título. Aquí está», bromeaba ante una de sus niñas. Ya de madrugada, la fiesta continuó en una conocida discoteca sevillana. Y Joaquín, de nuevo, ejerció de maestro de ceremonias, el más animado junto a Bellerín y Juanmi.

Este domingo, sin tiempo ni para superar la resaca, tocaban los festejos oficiales. Y Joaquín, la gran cabeza visible de todas las fiestas. Genio y figura en el autobús descapotable que recorría la capital hispalense, en la Plaza Nueva, en el Ayuntamiento, en la catedral y en la orgía final programada en el Benito Villamarín.

Marcar en cuatro décadas

Joaquín no se separó de esa ansiada Copa, la tercera del Betis y la tercera con una réplica en sus vitrinas tras la conseguida ante Osasuna en el Vicente Calderón hace 17 años (2-1), merced a un gol de Dani en la prórroga para el equipo de Lorenzo Serra Ferrer contra el de Javier Aguirre, y esa festejada con el Valencia de Ronald Koeman frente al Getafe de Michael Laudrup (3-1), aunque el gaditano no jugó ni un minuto ese día en el Vicente Calderón. Estaba peleado con el técnico neerlandés.

Nacido el 21 de julio de 1981 en el Puerto de Santa María (Cádiz), Joaquín es el jugador con más partidos disputados en la historia del Betis y, con 595 encuentros, el segundo con más partidos disputados en la Liga española, por delante de los 550 del madridista Raúl González y solo superado por los 622 del portero Andoni Zubizarreta.

Hijo Predilecto de Andalucía desde febrero de 2020, posee un récord estratosférico: es el único que ha logrado marcar al menos un gol en la Liga en cuatro décadas diferentes: 90, 00, 10 y 20. Le quieren también en Málaga y en Florencia y en la selección española. Vistió 51 veces La Roja. Disputó el Mundial de Japón y Corea en 2002 con José Antonio Camacho, la Eurocopa de 2004 con Iñaki Sáez y la Copa del Mundo de Alemania de 2006 con Luis Aragonés. '¡Joaquín, míreme a los ojitos!'

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla La Copa del cuarentón Joaquín