Gloria rojiblanca y dolor verdiblanco desde los once metros

Para ganar la Copa del Rey hay que saber vivir al límite. De los cuatro semifinalistas de la presente edición, solo el Sevilla sacó el boleto sin necesidad de asomarse al abismo. Los tres restantes hubieron de recurrir al tiempo suplementario para salvar la cabeza. El último en hacerlo, el Athletic, tuvo que acudir incluso a una tanda con el Betis desde los once metros que decantó Unai Simón, héroe final al atajar dos penaltis de un encuentro en el que

Será el Athletic el que entre el viernes en el bombo con Sevilla, Barcelona y Levante, tras completar un ejercicio de superviviencia en el Benito Villamarín,

De vestuarios regresó un Betis más ordenado con la pelota y un Athletic presto a la guerra relámpago. Yuri probó a Joel con un disparo notable que permitió lucirse al arquero verdiblanco. No estaba satisfecho del todo con lo que veía Marcelino, que acudió a Williams en busca de verticalidad. Con el '9' ya sobre el verde,

Replicó Pellegrini a esos minutos de dominio rojiblanco retirando a Aitor Ruibal para dar una oportunidad a Juanmi. El cambio le funcionó al chileno. Porque el ex de la Real Sociedad fue protagonista. Caracoleó Fekir en la vertical del área y el balón le cayó, con fortuna, al malagueño, que

Restaban seis minutos más el descuento. Suficiente para un equipo lleno de orgullo como el Athletic. En las dos rondas anteriores se vieron los leones por debajo en el marcador y consiguieron remontar. Fue Iñigo Martínez el encargado de tocar a rebato esta vez. Percutió por la izquierda el central y

Achuchó el Athletic en el tiempo suplementario. Primero Morcillo, con un disparo lejano que blocó Joel; después Raúl García, con otro zapatazo desde fuera del área que se marchó alto. Las tuvo también el Betis, con un remate seco de Joaquín que abortó Yeray, evitándole una estirada que probablemente habría sido infructuosa a Unai Simón, y de nuevo con el capitán verdiblanco como ejecutor, esta vez de cabeza aunque sin tino, para alivio del cancerbero que seguía el golpeo con la mirada. Todo fue en vano. Los penaltis dictaron sentencia.