P. Ríos
Viernes, 16 de enero 2015, 18:27
A Luis Enrique se le ha criticado durante el primer tramo de la temporada por abusar de las rotaciones hasta el punto de que el Barça no ha repetido alineación en los 28 partidos oficiales disputados (18 de Liga, cuatro de Copa y seis de Liga de Campeones). Para ello ha utilizado a 29 jugadores, siete de ellos con ficha del filial. Sólo se ha quedado sin debutar el lesionado Vermaelen. Y con el estreno de Mathieu de falta directa en la vuelta de octavos de final de la Copa del Rey en Elche, ya van 17 goleadores distintos. Pero todo eso se ha podido traducir también en una falta de identidad en un equipo en el que muchos jugadores echan en falta una continuidad para reafirmarse. Rakitic, por poner un ejemplo, igual encadena tres titularidades, que era suplente en el clásico o ante el PSG. Puede que el Barça no haya podido desarrollar los automatismos con cambios tan continuados e incluso inesperados.
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Pero el plan del técnico asturiano comienza a ser contemplado con optimismo. Aunque el Elche-Barça del jueves era un partido totalmente descafeinado por el 5-0 de la ida, el conjunto azulgrana, repleto de suplentes y canteranos, ofreció una actitud inmejorable, idéntica a la del pasado domingo en Liga ante el Atlético con los titulares. Presión, chispa, buen juego, sacrificio Hasta se vio a Luis Enrique bromeando en el banquillo con Piqué, el primero con el que tuvo roces esta temporada.
«Somos muchos jugadores en la plantilla y hasta ahora hemos repartido mucho los minutos. Estamos en perfectas condiciones para afrontar todo lo que viene», comentó Luis Enrique tras el 0-4 del Martínez Valero. Y lo que viene es una eliminatoria de cuartos de final de la Copa ante el Atlético que exige el máximo rendimiento, con dos partidos de Liga como visitante ante Deportivo y Elche de por medio. El entrenador no dio pistas sobre si iba a seguir con las rotaciones o estaba decidido a apostar ya por un once tipo titular ahora que necesita todos los puntos ligueros para perseguir al Madrid. Pero sí presumió de una evidencia: con las rotaciones, al Barça se le ve físicamente mejor que nunca. Y el fondo de armario de la plantilla comienza a lucir. Tanto que Munir ha vuelto a la disciplina del Barça B. Luis Enrique, con lo que ha pasado en la primera semana del año tras su contencioso con Messi, por fin tiene motivos para sonreír.
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