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Kuko y Kike esperan un lanzamiento en el partido de ayer.

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Kuko y Kike esperan un lanzamiento en el partido de ayer. Antonio Quintero
COPA DEL REY

El Becerril hace historia, el pueblo de 700 habitantes que jugará contra un equipo de Primera

El equipo de Narganes vence al Urraca y se medirá a un equipo de Primera en la Copa del Rey

Jueves, 14 de noviembre 2019, 00:13

El sueño ya no es un sueño, ahora es una realidad. Ese balón cruzado con magia de Melero. Esa falta botada con picardía por Diestro. En esa jugada, en ese golpe, estaba la ilusión de un club, de todo un pueblo y de toda Palencia, que tendrá a un equipo de Primera División en La Balastera. Llegó el tanto, el único del partido, ese que da el billete para jugar la primera ronda de la Copa del Rey. Ahora sí. No una previa, no. Primera ronda de la Copa del Rey. Tenían noventa minutos para el todo o nada y lograron el todo. Lo trabajaron, lo lucharon y lo consiguieron. El Urraca no se lo puso fácil, sobre todo en la segunda parte donde pudo pasar de todo. Pero el Becerril tenía a dos mil personas a su lado, y eso, junto con el coraje y la garra que les caracteriza, les guió hasta la victoria. Hasta la victoria y hasta la primera ronda de la Copa del Rey. Así, noventa minutos después, el Becerril sigue haciendo historia.

Becerril

Sevillano, Diego, Kike, Merino, Varo (Sierra, min. 70), Diestro, Riki, Carlos, David, Melero (Guti, min. 80) y Kuko (Eloy, min. 88).

1

-

0

Urraca

Davo, Fonso, Agus, Suero (Menen, min. 37), Jordi, Abascal, Didi, Fran, Sandoval, Ramonín y Bala.

  • goles: 1-0: Melero (min. 27).

  • árbitro: Pereira Ferreiro amonestó a los locales Melero, Kuko, Diestro y Kike, y a los visitantes Agus y Davo.

  • incidencias: Partido de la previa de la Copa del Rey, disputado en el Mariano Haro ante 2.000 aficionados.

El partido más importante arrancó con la oficialidad de un partido copero y dio paso a dos conjuntos que, con el corazón desbocado, querían dejarse la piel en el campo para lograr el billete de su vida. Poco había podido jugarse, tres minutos escasos, cuando la luz desapareció del Mariano Haro. Todos los miedos se hicieron realidad. Con todos los focos alumbrando el césped palentino, cualquier añadido podría hacer saltar la potencia. Seis minutos tardó en volver la luz. Los jugadores calentaban en el campo mientras los Chocheboys seguían animando a los suyos, dejando claro qué equipo jugaba en casa. Tras este pequeño parón, ya no habría más percances por la potencia.

Rápidamente cogía los mandos del partido el equipo de Edu Narganes, que había hecho muy bien los deberes y conocía perfectamente al rival, que ayer visitó por primera vez el campo palentino. Melero sacaba el esférico desde atrás y lograba ser frenado con falta. Los aplausos se multiplicaban en la grada. Tanta entrega local se merecía un premio. Kuko peinaba un balón, que rozaba la portería de Davo. Los morados estaban jugando cómodos, confiados en su juego y en sus opciones, con los dientes apretados, buscando el gol. La valentía con la que estaban afrontando el partido más importante de su vida solo podía tener un final, y tenía que ser feliz.

Y llegó el momento del gol. Diestro, el más listo de la clase, sacó una falta rápidamente para que Melero, único sobre el campo, se aprovechase del despiste rival y cruzase el balón con elegancia y certeza ante Davo. Todo el Mariano Haro se venía abajo en plena celebración, que llegaba al éxtasis. Ahora sí, los morados estaban un paso más cerca del sueño, ya casi tocaban al equipo de Primera División.

Los palentinos siguieron en sus trece de aumentar el marcador antes del descanso. Cierto es que tenían contra las cuerdas a los asturianos, sin tocar la pelota como sabían, sin defender como sabían y sin encontrarse en el Mariano Haro. Aun así, también tuvieron sus ocasiones, también buscaron el empate, intentando batir a Sevillano, muy seguro bajo palos.

Agus remataba un buen centro de falta, que pasaba acariciando el travesaño de la portería del meta palentino. El colegiado añadía siete minutos y Carlos intentaba anotar el 2-0, pero no llegaba a rematar la falta botada, de nuevo, por Diestro. Llegaba la hora de entrar en calor y de descansar en el vestuario.

El Urraca cogió aire en el descanso, se dio cuenta de que la moneda estaba en el aire y de que aún podía darle la vuelta al resultado y salió a por todas. En el primer minuto ya buscó el empate, intentando marcar aprovechándose de que Sevi estaba adelantado, pero el balón se fue alto. Ramonín buscaba la escuadra palentina y avisaba de que querían remontar e iban a luchar para hacerse con la victoria. Nunca una victoria dio tanto como premio.

Kuko, incombustible ayer, buscaba el segundo de los morados, pero tampoco lograba entrar el esférico entre los tres palos. Su velocidad daba continuos quebraderos de cabeza a la defensa rival, que pasó de botar un córner a defenderlo en su propio área en pocos segundos.

Los morados, muy seguros atrás, llevaron el mando del partido ante el Urraca

El banquillo rival se puso en pie para reclamar un penalti del meta becerrileño por derribo a Ramonín, pero el árbitro señalaba que siguiese el encuentro. Sandoval pudo tener el empate, pero se llenó de balón y desperdició una ocasión única de poner tablas y tener opciones de hacerse con el triunfo.

Melero marcó el gol del triunfo, después de que Diestro botase una falta con rapidez

El partido, mucho más abierto en esta segunda parte, fue un auténtico recital de desgaste físico y de intensidad. Todos sabían lo que se jugaban y nadie quería salir con las manos vacías de allí. La corpulencia y a superioridad física que, en principio, daba ventaja a los de Pablo Detori estaba pasando desapercibida.

Cuando cualquiera podía marcar, Kuko puso su magia sobre el césped para irse de dos y disparar raso, pegado al palo. Demasiado pegado al palo, que se fue directamente fuera. Para toda la afición y para los becerrileños que se estaban dejando la piel en el campo se hacía largo el partido ya, se ralentizaban las agujas y aún tenían que sufrir.

Melero se llevaba la ovación del público al ser cambiado, a falta de diez minutos, por Guti. El mediocentro palentino había jugado su partido, ahora tendría que sufrir en el banquillo hasta que oyese el pitido del colegiado señalando el final del partido. A todos se les paró el corazón cuando Sevi logró parar un disparo a quemarropa, en la jugada más peligrosa del rival, ya en el descuento.

Pero llegó el pitido final. La afición aplaudió al rival, que se fue ovacionado y cabizbajo. Y el sueño se hizo realidad y comenzó la fiesta del fútbol humilde y de un club que ha hecho historia. Este domingo conocerá a su rival de Primera, al que se medirá el 18 de diciembre.

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