El Becerril desola al Laguna

Y el Laguna perdió su oportunidad de ganar para poco después perder la opción también de puntuar. Porque en este campo se cuentan los partidos por dramas, aunque ninguno tan cruel como este. El Becerril pescó el triunfo en el minuto 92, en su único tiro a puerta del partido, con los méritos justos. Lo que pasa es que el Laguna ya no está para méritos, sino para sumar como sea.

El gol fue un visto y no visto. El Becerril jugó rápido por la izquierda sin tiempo para frenar una gran transición y Kuko la puso de primeras para el inapelable remate de Mikel. Futbolistas locales por el suelo porque el disgusto fue tan mayúsculo como el esfuerzo.

No en un primer acto donde parecían reservarse fuerzas para lo que pudiera ocurrir en el segundo. No hay que olvidar que apenas habían pasado 72 horas del último partido, cosa poco habitual en esta categoría, pero en esta hay que adaptarse a que son unos más, a la llegada del último invitado, que en su campo quería empezar a hacerse fuerte.

Venía de un gran precedente, ese 3-3 en el Santa Marta que dejó una excepcional noticia (lo que marcó) y una no tan animosa (lo que encajó). Ni rastro de ninguna en la primera mitad en la que arriba lo poco que tenía lo desaprovechaba y atrás lo que llegaba acababa tres metros encima de la portería o en el muslo de Rodri Torres.

Informan de que a esta hora sigue en La Laguna despejando balones. Probablemente sacó más de 20, todos menos el último, en el que sus compañeros tampoco colaboraron en las marcas, el del gol. Dicho todo esto, Lisardo no intervino en todo el resto del partido salvo en algún centro envenenado.

Monte venía enchufado de Santa Marta por lo que su titularidad fue más que merecida y él firmó la mejor ocasión de los rojinegros, que estrenaban camiseta este miércoles. Se revolvió en el área y cuando optó por no aprovechar el desequilibrio del defensa para caer, prefirió seguir y la envió fuera con todo a favor.

El resto de llegadas fueron de artificio. Lucas amenazaba y Davo revoloteaba buscando algún balón que cayera del cielo (había sustituido al lesionado Chuchin, activo hasta entonces). Sin embargo, daba la impresión de quién estaba dando todo era el Laguna y quién se reservaba gasolina era el Becerril. Y así se comprobó en cuanto se reanudó el choque.

Entró con mucho más ritmo, llegadas más frecuentes y amenazantes. Y eso lo quería aprovechar el Laguna para salir con más frescura a la contra. Jugaban contra el cansancio y tenían solo dos ventanas de cambios para aportar velocidad. La primera la gastaron con Adri para fortalecer más la defensa y después Reinoso y Héctor poco pudieron hacer. Todo estaba en los pies de Davo... y seguía estando... y a veces era necesario que estuviera en alguien más, pero no quería.

Hasta que la tuvo, hasta que Sevi se la paró, hasta que el Laguna murió de nuevo más en la orilla que nunca. Y después, el silencio porque no había fuerzas para nada más. Sin duda, este es el camino y el conjunto de Jaime González sigue creciendo aunque el casillero no lo refleje, de nuevo.