El Atlético de Madrid, fiel a su cita gastronómica en Segovia

Una discreción que no está reñida con la presencia de aficionados en los aledaños del restaurante más de una hora antes de que el equipo llegase en autobús desde San Rafael. Medio centenar, en su mayoría muy jóvenes, se apostaban con los móviles en la mano dispuestos a hacer la competencia a los diferentes medios que se hacían eco también de la reunión. No obstante, no hizo falta ningún despliegue de seguridad para abrir los correspondientes pasillos a, primero, los directivos, que iban llegando en sus coches particulares antes de que llegase el equipo. A las nueve de la noche en punto, el primero en bajar del autobús era el 'Cholo' Simeone y todo su cuerpo técnico. Detalle interesante, Gustavo López, recientemente fichado como enlace entre el director deportivo Andrea Berta y los jugadores, iba en el autobús y con el chándal del equipo, no con el atuendo del resto de la directiva.

Detrás, en la educada y respetuosa fila india que los aficionados permitían, fueron apareciendo todos los componentes de la plantilla. Muchos intentos de hacerse foto con Simeone y, sobre todo, con el portugués Joao Félix. Y colección de gestos cariñosos de todos los jugadores, sobre todo con los aficionados más pequeños, que se apostaban en las primeras filas expectantes por ver el comportamiento de sus ídolos. Las más jóvenes, buscaban sobre todo la foto de Marcos Llorente y en el aire quedaba el comentario de que «es más guapo en persona que por la tele». Al final, este acto de perfil bajo en Segovia también tiene algo de desvirtualizar lo que normalmente la ciudad suele ver a través de las cámaras.

Ya dentro del restaurante, el protagonismo lo asumía el presidente del club, Enrique Cerezo, que salía junto a José María para fotografiarse y ponerse a disposición de un grupo de periodistas que tenía a flor de labios un nombre, el de Cristiano Ronaldo y su posible llegada al Atlético de Madrid: «Me tienes que hacer una pregunta más difícil que esa, porque es muy fácil. Y las preguntas fáciles ya se dan por contestadas».

Tras ese primer quite, Cerezo tomaba la iniciativa para comentar que el equipo estaba en Segovia «para la cena de principio de temporada, una cena con una plantilla maravillosa, una cena que este año y esta plantilla van a dar todo por conseguir títulos». Sin mojarse tampoco en objetivos concretos para la temporada que comenzará el próximo mes, el presidente rojiblanco sí defendía la validez de la plantilla: «El equipo de este año es un equipo maravilloso, aunque estamos cerrando el lateral derecho. Seguro que lo traeremos, pero hay que buscarlo y hay que buscarlo bien». Repreguntado sobre si estaba centrado el objetivo para esa posición, Cerezo sonreía y volvía a contestar de forma críptica con un «no está todavía buscado. Está localizado, pero no encontrado».

La noticia con la que el día había arrancado estaba en las renovaciones de los contratos de Oblak y Lemar; dos noticias que Cerezo no entendía como tal porque «hablamos de renovaciones cuando Oblak es un jugador de largo recorrido en el Atlético de Madrid, un jugador con contrato largo de cinco o seis años». Por tanto, por no querer entrar a las preguntas, incidía de nuevo en la configuración del equipo. «Es magnífico. Ayer estuve en el acto de presentación de la Ciudad Deportiva y esta tarde les veo contentos, ilusionados, con muchas ganas. Todos queremos más y más y más, pero contra el vicio de pedir, la voluntad de no dar». Eso abría la puerta a preguntar por si hacía falta vender jugadores antes de incorporar alguno nuevo. «Si se cumplen todas las expectativas de la Liga, habrá que vender. Pero hay muchas fórmulas para no vender y continuar». Si habrá o no ventas, al menos se habrán llevado la cena.