nacho sáez
Sábado, 1 de noviembre 2014, 11:44
Como se han encargado de recordar estos días algunos aficionados a través de las redes sociales, este pasado lunes se cumplieron diez años de la histórica visita del Athletic de Bilbao al campo municipal de La Albuera. El 27 de octubre de 2004 la Gimnástica Segoviana se midió en la Copa del Rey a los leones en un partido que reunió a más de seis mil personas en La Albuera, que durante un rato se convirtió en La Catedral. La lógica se impuso y el Athletic pasó la eliminatoria gracias a un solitario gol de Yeste en el minuto 76. Pero el resultado fue casi lo de menos para los que lo vivieron en el bando azulgrana. Cinco de los protagonistas de aquel encuentro reviven para este periódico la emoción de esa jornada y también de los días previos, en los que fueron entrevistados por medios de comunicación nacionales y se sintieron auténticas estrellas del fútbol.
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Ricardo, actual capitán de la Segoviana, ya estaba en el equipo en aquel momento y se acuerda de lo agitados que fueron los días previos a la visita del Athletic. «Todos mis amigos, mis compañeros de trabajo y mi familia me pedían entradas; salimos en la prensa nacional... Fue muy especial», rememora. Lo cierto es que al conjunto gimnástico le tocó en suerte el rival que quería, ya que no tenía posibilidades de medirse al Real Madrid, al Barça o al Atlético de Madrid. El Athletic era el caramelo que querían todos en el club gimnástico, que en la ronda anterior había eliminado al Sestao. Un emparejamiento que el actual director deportivo de la entidad, Ramsés Gil, entonces capitán del equipo, recuerda casi mejor que el del propio Athletic. «En la ida perdimos 0-1 con un gol que llegó en una jugada en la que me hicieron falta y encima me lesionaron. Y en Sestao nos metieron en un vestuario en el que haría unos 45 grados. Hacía un día perfecto para jugar, el campo estaba de miedo y nos clasificamos. Guardo mejor recuerdo de ese partido que del día del Athletic», comenta Ramsés.
El que era el entrenador, Andrés Peiro, que tras varios años de estancia en Segovia ha regresado a su tierra natal, Zaragoza, echa la vista atrás y cuenta cómo prepararon el encuentro en el que se iban a medir a los Iraola, Del Horno, Gurpegi, Julen Guerrero, Yeste o Urzaiz, dirigidos entonces, como ahora, por Ernesto Valverde. «Nuestro inicio de Liga no había sido bueno por la Copa. Nos afectó. Pero era una ilusión tremenda jugar contra el Athletic. No teníamos mucho que perder y nos propusimos disfrutar. Era una oportunidad única y por ello el partido se preparó sin presión», explica Peiro.
Aficionado del Athletic
La Segoviana saltó al campo con Pinillos, Ramsés, Javi, Cuco, Calleja, Ricardo, Valle, Mariano, Agustín, Vila y Barto. Después, en la segunda parte también saltaron al campo Morín, David García y Víctor Pérez. Este último tenía entonces 22 años y disfrutó de los últimos ocho minutos sobre el campo. Para él, el partido era más especial si cabe porque es aficionado del Athletic. «Se me puso la piel de gallina cuando supe que íbamos a jugar contra ellos», relata el futbolista segoviano, actualmente en las filas de La Granja. «En ese momento no jugaba mucho, no tenía mucho sitio en el equipo, pero el entrenador me convocó y jugué algo».
Como Ramsés y Ricardo, recuerda que el mismo día del partido se concentraron por la tarde en el Pórtico Real, donde recibieron la charla técnica, y que después fueron escoltados por la polícía hasta La Albuera; a pesar de que la distancia entre uno y otro punto no llegará a un kilómetro. «Nos habían preparado un autobús especial para ese día con el escudo de la Segoviana», apunta Víctor Pérez. «Y nos dieron una vuelta por Segovia escoltados por la policía antes de ir a La Albuera», añade Ramsés. A Ricardo, mientras, le llamó la atención la cantidad de aficionados que había en los exteriores del estadio cuando llegaron a él con el autobús.
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Todos coinciden en señalar que no han visto un ambiente igual en La Albuera como el de aquel partido. «Fue un día mágico. Nunca he visto así La Albuera. Salimos a calentar y ya estaba medio lleno el campo. Había gente subida a las vallas y pensábamos: A ver si va a pasar algo. Es de los días en que te sientes futbolista», concede Agustín, que también disputó aquel partido y que en la actualidad es el gerente del club.
Andrés Peiro defiende que hicieron un encuentro «muy serio» y que el equipo estuvo «sensacional», pero los futbolistas se marcharon con la sensación de que no tuvieron su mejor día. «Les pudimos hacer más daño», afirma Ricardo. «No hicimos un buen partido y no hubo opción a la sorpresa», coinciden Ramsés y Agustín. Su disgusto era indisimulable y por ello ninguno de los tres se llevó la camiseta de jugador alguno del Athletic. Sí el león Víctor Pérez, que la recibió de manos de Urzaiz. Aunque dice que parece gafada, ya que casi solo se la ha puesto en las dos últimas finales de Copa del Rey y de Europa League que ha jugado el Athletic. Y ambas terminaron con derrotas.
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