Hay partidos que cuestionan las posiciones en la tabla clasificatoria. O quizá momentos en la temporada en que los propios equipos se cuestionan a sí mismos qué hacen en determinadas posiciones y, a veces, entra el vértigo. Esta teoría podría afectar de forma directa a ... los dos equipos que se cruzaban en esta jornada 16 de la Segunda División B dentro del grupo 4. Porque las chicas de Segosala llegaban al partido tras dos empates consecutivos que se les habían quedado cortos de puertas adentro del vestuario, pero que hacia fuera, por los rivales ante los que se habían logrado y las formas, se equiparaban a pequeños triunfos. Y las manchegas, todo lo contrario: achuchadas por la clasificación, terceras por la cola y habiendo sufrido un brote de coronavirus la semana previa.
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Segosala Pinturas Alyvan
Sonia, Eva, Laura, Angélica e Isabel; Chivi, Valle, Miriam, Alejandra y Mónica.
6
-
2
UD Albacete Futsal
Marta, Lucía, Andrea, Mónica y Carmen; Enya, Luna, María de Sánchez, Alicia y Carolina.
GOLES: 0-1, Lucía (min. 1); 1-1, Mónica (min. 12); 2-1, Eva (min. 14); 3-1, Chivi (min. 14); 4-1, Eva (min. 32); 4-2, Carmen (min. 35); 5-2, Sonia (min. 38); 6-2, Eva (min. 40)
ÁRBITROS: Lucas Casimiro y Francisco Román. Amonestaron a Carmen y al entrenador del Albacete.
INCIDENCIAS: Pabellón Pedro Delgado. 80 espectadores.
Es posible que fueran esas urgencias de las visitantes las que apremiaran tanto que salieron absolutamente enchufadas desde el saque inicial. Y no se trata de una expresión hecha, sino de una realidad. Porque el gol de Albacete llegaba a los ocho segundos de partido, gracias al ímpetu de una jugadora como Lucía Navarro, que aunaba cierta calidad con un tremendo corazón. Se juntó ese coraje con una salida fría de Segosala, hasta de Sonia, que quizá cometió su error de la temporada.
En realidad ese gol no cambió mucho, al menos en apariencia. Las pupilas de Agustín Pérez no suelen mirar el marcador en los partidos y el entrenador parecía tener claro que todo iba a volver a su cauce, que bastaba que entrase alguna de las ocasiones que estaban teniendo. Porque en cuanto Valle tuvo el gol dos veces consecutivas tras un saque de banda, se sucedieron ocasiones para Eva o Mónica. Y, aunque Albacete era un rival dignísimo en salida rápida, en balón parado y en las acciones de su portera; terminó llegando el empate a través de Mónica y se derrumbó el castillo de naipes. En los últimos siete minutos de la primera parte, en apenas treinta segundos de tiempo de partido, cayeron dos goles más. Una de esas generaciones de juego en las que combinan Miriam y Valle, generó un espacio para Eva que la embocó a la segunda. El tercer tanto vino de un córner en el que Segosala se puso las pilas, Valle inició la acción y en el espacio, Eva resulta difícil de detener. Puso una pelota perfecta para que Chivi únicamente tuviera que empujar a la red. Tranquilidad al descanso y mucha autoridad.
Lo que ocurre con este Segosala es muy curioso porque, en contra de la tendencia del fútbol sala a ser un deporte cada vez más controlado en el que una distancia de dos goles ha de defenderse jugando con los tiempos. Estas jugadoras no. Ellas salen a la pista y sienten el juego, se dejan llevar por las emociones grupales. Si Valle se planta ante la portera contraria tras dos movimientos rápidos y precisos dejando a dos rivales atrás y no tira, todas se giran y se ríen. Bromean con ella sin pensar que ese gol podría haber sido la puntilla. Juegan con tal alegría que un 3 a 1 no es suficiente, porque todo puede pasar. Por eso rivales como Albacete, bien trabajados y voluntariosos, son peligrosos.
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Ocurre también que, contra un equipo con esas dinámicas, poner portera-jugadora es casi peor que mantener el ataque estático normal. Lo puso el entrenador manchego faltando 8 minutos y 11 segundos. Lo quitó un minutos después porque Eva ya había olido la sangre y había hecho el cuarto. Definitivamente, estaban mejor en igualdad de condiciones porque su presión asfixiaba a las segovianas, que no tenían la precisión para encontrar a sus jugadoras más rápidas al espacio. Fruto de esa presión, de ese empuje y de esa fe que cada minuto sesgaba más, llegó el segundo tanto manchego. Otra jugada por el ala izquierda de Lucía. La parada de Sonia la recogía Carmen, que cerraba el puño de forma discreta, sabedora de que quedaba mucho camino y las certidumbres eran pocas.
Desde ese momento, Albacete tiró de superioridad de nuevo porque no tenía muchas más opciones. Y aunque hubo un par de oportunidades para que Segosala sentenciara, fue Sonia la que acertó. Una buena parada a un tiro lejano y una volea directa de portería a portería, antes de que las rivales pudieran hacer el cambio o llegar a tapar ese preciado espacio vacío. Gol de la portera, de la que evita tantos en tantos otros partidos. Justicia poética que la sentencia la pusiera ella. El resultado lo redondeaba de nuevo Eva, que corre lo mismo en el primer minuto que en el último, también a puerta vacía para llevar al equipo de nuevo a la senda de la victoria y a no perder comba con las dos primeros.
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La próxima semana no hay competición, que volverá en la mañana del 20 de febrero en Leganés, el séptimo clasificado.
El Club Deportivo Chiloeches es uno de los equipos más potentes del grupo. Marcha cuarto en la tabla tras la victoria de Segosala, pero en el momento en que se impuso a Unami, se situaba cuarto. Y no pudieron las cosas fáciles las azules, espoleadas por las dos victorias consecutivas que habían logrado, que las alejaban mucho del descenso.
Aguantaron toda la primera parte, pero el caudal ofensivo de las manchegas se terminó imponiendo en el inicio de la segunda parte. Dos goles en tres minutos, desde el 22 al 25, complicaron mucho a las segovianas. Chiloeches tiene en sus filas a dos de las mayores goleadoras de la categoría. Y fue precisamente una de ellas, Noelia de las Heras, la que marcó el primer tanto y el tercero. Claves, porque el tercero llegaba en el tramo final del partido, cuando Unami más buscó llegar a recortar distancias. El gol de Cristina Carré llegaba ya en el minuto 37 y no servía para dar alas. Las segovianas son décimas con un partido menos.
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