Segosala Pinturas Alyvan regresa a la competición con victoria ante Villacañas

Las jugadoras de Agustín Pérez, que pasaron una crisis de resultados cerrada antes de finalizar el año, entraron en el partido con los bríos propios de un equipo joven y que no piensa demasiado en cómo se encuentra en la clasificación, sino que se preocupa de disputar cada partido, cada punto y cada balón como si fuera el último. Esa ansiedad, en otros encuentros, había pasado factura en forma de precipitación. Es este primero del año, no. El dominio era insistente, claro. Las llegadas se sucedían por el empuje del carácter de las segovianas, que no miran atrás; pero también porque en Segosala Pinturas Alyvan hay calidad y da la impresión de que el equipo en lo que lleva de competición ha crecido en convicción. Se creen que van a ganar, solo saben buscar la portería rival y no miden riesgos.

Con la entrada de Valle, que en esta oportunidad no fue titular, el equipo ganó en estabilidad y, sobre todo, en salida de balón. Ver conducir la pelota a Valle, mirando siempre arriba, periscopio levantado, buscando soluciones mientras regatea rivales, es delicioso. En ocasiones es verdad que esos regates se quedan y algún contraataque se le ofrece al contrario, pero merece la pena por todo lo que genera con esas ventajas. Con jugadas así pudieron adelantar al equipo Eva y Ángela Quirós, que lo tuvo en dos ocasiones. Pero la portera toledana, Mirian Fernández, se erigió como la mejor de su equipo en la primera parte, en la que Villacañas no tiró a portería, que no entre palos, hasta el minuto 17, nada más y nada menos.

La segunda mitad fue otra historia, porque como el cántaro iba a la fuente cada vez con más violencia pero no se rompía, los nervios y la impaciencia se apoderaban de las segovianas. Eso y la aparición de una jugadora pequeña en estatura, pero rápida, lista y diligente en los espacios como Nerea, que creó algunas ocasiones dispersas para haber puesto por delante a las visitantes. Ese era el temor del partido: un gol en contra en alguna acción aislada que hiciera que crecieran los nervios y que todo el trabajo se precipitase. No pasó, en buena medida porque Sonia Mullor es un bastión sin el que no se entiende este Segosala. Tuvo pocas, pero las detuvo sin dar segundas opciones a las rivales.

Llegando al tramo final, dos golpeos desde fuera terminaron entrando. En todas las ocasiones anteriores, menos en un balonazo al palo de Eva en la primera parte, el Pinturas Alyvan había buscado la portería del Villacañas con golpeos abajo, en los que su portera se encontraba más que sólida. Los goles de Valle y, posteriormente, de Mónica, llegaron de otra forma. Y lo hicieron justo en los momentos en los que se cortaba la posibilidad de una victoria visitante o de perder puntos.

El de Valle, en el momento en que las chicas de Agustín Pérez empezaban a cometer errores de aceleración. El segundo, justo cuando las rivales empujaban más y habían creado alguna acción algo más peligrosa buscando el empate.

Defendiendo contra cinco, las segovianas terminaron encontrándose cómodas y no sufrieron nada. Una victoria que sirve para cerrar la primera vuelta como terceras en la tabla, abriendo una brecha de cuatro puntos con la quinta plaza y de nueve con la sexta. Una situación que, a principios de temporada, nadie se hubiera creído en el club. El equipo sigue sin tener límites.