Un empate de mucho mérito que pudo ser una victoria ante las segundas

Esa salida a tumba abierta tuvo un final, que llegó con la lógica estirada de un equipo, el Teldeportivo, que tenía la rotación corta y que buscaba una premisa clara: salidas rápidas y disparos contundentes, pero sin desgaste físico o con el mínimo. Había que aguantar y no iba a ser un reto fácil. Marcar tampoco está siendo un reto fácil para las segovianas, sobre todo cuando las defensas rivales les niegan el espacio en sus espaldas. Y eso fue lo que hicieron las isleñas de inicio: esperar en medio campo y no ceder. Ahí sufre mucho un Segosala que tuvo la suerte de cara una vez, en una internada de Alejandra Llorente por el ala derecha para ganar línea de fondo y poner un centro al área que, ante la ausencia de rematadora propia, encontró piernas rivales para convertirse en el primer gol. Era una acción aislada, pero ponía las cosas de cara y permitía trasladar la presión a las rivales.

La respuesta de las amarillas fue la propia de un equipo trabajado, hecho. Con más físico que calidad, con más contundencia que sutileza, adelantaron todo el bloque defensivo aprovechando las rotaciones segovianas. Si no estaba Valle cerrando, la salida del Pinturas Alyvan se atropellaba más. Dos balones recuperados, casi dos presentes, en esa zona pudieron suponer el empate. Sobre todo cuando entró en la cancha la mejor jugadora de las canarias, Shandira, Ella envió una pérdida horizontal de Angélica al palo y Sonia detendría en una de sus ya casi rutinarias paradas otro de Sofía. La suerte fue llegar con la ventaja al medio tiempo. Una visión que compartían las canarias, puesto que se marchaban al vestuario comentando en voz alta que estaban vivas.

En la segunda parte, Segosala se sustentó en una trinidad consistente que no fue suficiente para aguantar el empate. Por un lado, Sonia, una portera a la que hay que atarla a un palo con cadenas para batirla. Por otro, Valle. Ver la salida de balón, el control del espacio, cómo conduce y cómo se salta líneas con apenas un movimiento sutil corporal, vale pagar cualquier entrada. En una de esas salidas, desechando opciones de paso y dejando sin cintura a las rivales, sirvió el segundo tanto al tercer sostén, Miriam.

Lo que ocurre es que ellas tres no fueron capaces de jugarlo todo, lógico. Y en los relevos hubo jugadoras que rindieron por debajo del nivel de otros partidos. Quizá nervios, falta de ideas, jugar en un pabellón diferente. Explicaciones puede haber muchas, pero era imposible que, con la cantidad de pérdidas que estaban concediendo las segovianas, no llegara el gol rival. En un córner que Miriam arriesgaba sin necesidad, nació la contra bien llevada para que anotase Julieta desde lejos. Un minuto después sería un saque de banda pueril que dejaba sola desde antes del medio campo a Sonia en un uno contra uno que acababa dentro.

Sigue siendo un éxito el empate para un equipo recién ascendido. Habrá que cuidarse del mal de alturas, pero es que da para pensar que este joven equipo puede volar más alto de lo que cualquiera pueda soñar.