Daniel Sacristán asume la presidencia del Segosala

A Daniel Sacristán, que lleva también tiempo dentro del club, le corresponde una labor importante, que es la de atraer al club nuevas opciones de viabilidad económica. Como directivo lleva ya seis años, pero dejará de lado el ser delegado del equipo juvenil. «Si queremos seguir creciendo a nivel deportivo, al final tenemos que crecer a nivel económico y a nivel social. De hecho ya hemos lanzado una campaña para captar patrocinadores», comentaba Sacristán refiriéndose a un vídeo que el club ha lanzado en sus redes sociales y que tiene que hacer llegar a las empresas y comercios segovianos. «También tenemos que tratar de captar al aficionado segoviano para que se enganche a nuestro proyecto, se sume y cada fin de semana venga a ver a los equipos de Segosala, a animar y a disfrutar». Una labor para nada pequeña, aunque no le es desconocida al nuevo presidente.

Con los tres presidentes de la historia del club presentes, dado que Daniel Ibañes acompañaba en el acto a Pérez y Sacristán; todos hicieron hincapié en una idea que quieren transmitir bien de cara al tejido económico, pero también al social: Segosala no es ni Caja Segovia, ni Naturpellet Segovia. «Segovia tiene experiencia ya en cómo hacer las cosas mal», afirmaba Ibañes. «No podemos pensar en estar en donde no debemos sin tener la capacidad. El día que nosotros tengamos la capacidad, pensaremos un poco más alto». En este momento, el club depende del apoyo institucional, pero no el empresarial porque los anteriores proyectos han quemado en ese sentido muchas vías.

El equipo de Segunda División femenina necesita un presupuesto superior a los 30.000 euros y el de Segunda B masculino, 40.000. A eso hay que sumarle los 15 equipos que se han mantenido la pasada campaña, que en esta es posible que se reduzcan. Lo que se quiere ampliar es el apoyo social, así que en los próximos días Segosala va a lanzar una campaña de abonados con la idea de reducir radicalmente los precios: abonos de temporada a 10 euros y entradas de día que se moverán entre el euro y los dos euros. «Queremos primar que venga mucha más gente al pabellón que el tema económico, que quizá hasta pueda influir también», destacaba el ya presidente saliente Agustín Pérez.

En cuanto a la reciente salida de Monir, un jugador casi simbólico para Segosala al ser uno de los que llevaba dentro del club los diez años de vida de este; desde dentro se cierran filas. «Como entrenador, un jugador te ayuda y puede ser muy bueno y hacer diferencias; pero lo que vale es el equipo», afirmaba taxativamente Daniel Ibañes. «Monir los últimos partidos de la temporada pasada no estuvo jugando, así que el equipo estuvo por encima de la individualidad. Nosotros no le vamos a decir a nadie que no se vaya». Agustín Pérez, siguiendo la misma línea, sí se mostraba algo más contrariado: «El tema de símbolos no encaja mucho con lo que es este club. A nivel personal me consultó y le dije que, siendo un equipo de superior categoría, lo entendería más, pero para la misma categoría no lo veía como una mejora. Ha valorado cosas extradeportivas». Se huye de la idea de los símbolos, pero también de la idea de ser un club dedicado únicamente a la formación. «Lo bonito es participar, pero todos venimos a competir».