Daniel Ibañes, nuevo entrenador del Segosala. Antonio de Torre

Daniel Ibañes quiere ser profeta en casa

El que fuera mejor jugador del mundo, regresa a Segosala para una segunda etapa como entrenador sucediendo a Ángel Zamora

Sergio Perela

Segovia

Sábado, 11 de junio 2022, 12:20

Daniel Ibañes Caetano es historia del fútbol sala e historia del deporte segoviano por derecho propio. Como jugador, llegó con apenas 17 años desde su Brasil natal para ser uno de los líderes del mejor Caja Segovia de todos los tiempos y, aunque con Inter ... y por supuesto con la Selección Española también firmó capítulos extraordinarios, su hábitat natural está en el Pedro Delgado. Su nombre era el as en la manga que tenía Segosala para suplir a un Ángel Zamora que anunciaba esta semana que su ciclo había concluido en un banquillo que heredó, precisamente, de Daniel. «Creo que es el momento preciso para volver», comentaba Ibañes, actualmente tomándose unos días de vacaciones con la familia. «Ha surgido la oportunidad, lo hemos hablado en familia y creemos que es lo que hay que hacer en este momento».

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Como entrenador, las cosas le han salido muy bien prácticamente en cada banquillo en el que se ha sentado. Algunos de peso, como el de Burela o el del Betis, en el que también ejerció como director deportivo; y otros menores por nombre como su última aventura en Italia entrenando al Ciampino Aniene C5 con el que ha terminado entrando en los 'play-off' de la primera división transalpina. «La experiencia ha ido demasiado bien, diría yo. Llevaban dos años jugando el 'play-out', con algunos jugadores con nombre pero ya con edad y esta temporada hemos jugado Copa de Italia y los 'play-off'». Un resultado que él mismo refleja, pero que le ha deparado otras ofertas interesantes que ha terminado rechazando, como la del L84, el equipo de fútbol sala que el ex jugador de la Juventus de Turín Marchisio ha adquirido.

No ha aceptado ninguna de esas ofertas de superior categoría porque, a fin de cuentas, Segosala es un proyecto suyo. Pero no solo por eso, sino porque entiende que es hora de regresar a Segovia y resucitar los viejos laureles del fútbol sala en esta tierra. «Me apetece primero de todo porque es Segosala, que de alguna manera es mi escuela; pero también porque Segovia ha perdido el aire de fútbol sala que tenía y quizá pueda ayudar a que se recupere. Porque el fútbol sala allí está muerto». Entonces, ¿el nombre de Daniel Ibañes todavía impone? «Puede ser», contesta, como siempre, con franqueza; «pero creo que me lo he ganado con mi trayectoria. No solo por mi nombre, sino por todo lo que he hecho. Ahora bien, eso puede valer en un primer momento. Luego, tendré que ganármelo todo día a día».

El trabajo previo

Esa idea de ir ganándoselo todo paso a paso la recalca, porque entiende que el efecto de su figura es algo que a un jugador le puede impresionar de primeras, pero luego tiene que respaldarse con trabajo y un discurso que el vestuario se crea. Y ha leído en las diversas entrevistas las razones de la salida de Ángel Zamora. «Entiendo sus razones, porque entiendo que en un club como el nuestro la gente se acomode. Es verdad que no podemos hacer cinco o seis fichajes y tiene todo el sentido cambiar un nombre cuando no se pueden cambiar muchos». En cuanto al trabajo de su predecesor, no tiene dudas tampoco sobre su valía: «Ha hecho un trabajo diría que casi extraordinario porque no es fácil con gente de la casa, toda de Segovia, jugar eliminatorias de Copa del Rey y meterse en el 'play-off'».

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El equipo, sobre el que todavía no se ha puesto a trabajar, lo conoce a la perfección y defiende la frase de Zamora de que es un grupo joven con mucho margen de mejora. «Por eso yo tengo que exprimir para sacarle toda la mejora que hay», comenta sin cargar a su proyecto de otras razones. Porque Daniel siempre ha sido defensor del fútbol sala clásico, del de toda la vida. Del que devuelve el protagonismo al jugador en lugar de llenarlo de claves tácticas. Del que trabaja para que el grupo permanezca fuerte, unido y remando al unísono; única forma que entiende de poder vadear temporales.

Tenía ofertas, entre ellas una del equipo de fútbol sala del ex futbolista Marchisio, pero ha decidido volver a su club

Por el momento, no quiere oír hablar de objetivos, más que el de trabajar para extraer todo el jugo a este grupo de jugadores actual y disfrutar del proceso. Aunque resulta evidente que, en su regreso, no se va a quedar únicamente en ese apartado de entrenador del equipo senior masculino. Daniel regresa a Segovia para sacarle también todo el jugo posible al propio club, a Segosala, e implicarse de nuevo en el tejido deportivo de la ciudad. «Desde lejos puedo ayudar y lo he hecho en este tiempo, pero no todo lo que quería», resalta. En principio, entiende que será difícil que el trabajo de pretemporada arranque antes del 8 de agosto, pensando en un inicio de competición similar al de la temporada pasada, en torno a mediados de septiembre.

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Volver a Segovia para entrenar es uno de los retos más grandes a los que se ha enfrentado Daniel Ibañes. Quizá recuperar, con su figura, la ilusión del grupo de jugadores sea lo más sencillo. Lo de recuperar público que, cada dos fines de semana, suba al Pedro Delgado a ver fútbol sala es una tarea mayor, porque los últimos proyectos de peso terminaron decepcionando a la sociedad segoviana. Eso sí, si alguien puede, tiene que ser él.

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