![El elixir de la eterna juventud corre en las pistas](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202203/03/media/cortadas/atletas-kQoE-U1601184526073BnE-1968x1216@El%20Norte.jpg)
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La búsqueda de la eterna juventud, de la fuente de la vida; de todo avance que permita a la humanidad huir de la muerte, en definitiva, ha sido un tema recurrente en la literatura e incluso en la ciencia. Y mientras unos y otros mundos tratan de dar con su santo grial en ese sentido, hay quien pelea contra el tiempo de una manera bien diferente y, quizá más constructiva. Aunque, cierto es, mucho más costosa pues requiere entrenamiento y disciplina. El Europeo Master de pista cubierta que se disputó la semana pasada en la ciudad portuguesa de Braga reunió a un buen número de atletas veteranos de los que siguen manteniendo viva el hambre de triunfos y dos de los protagonistas son segovianos: Carolina García y Ángel Luis Canto.
Ambos son ejemplos de diferentes caminos por los que alcanzar la plenitud deportiva, que no siempre está en los éxitos. Carolina se trae de Braga dos medallas de plata: una en el 200 metros lisos y otra en los relevos de la misma distancia. No recuerda cuántos premios atesora ya como veterana, o como atleta Master: «Me sé todas las que tengo prácticamente, pero no me sé justo cuáles son de Master. Tengo, más o menos, unas 33 o 34 de campeona de España en diferentes categorías; internacional absoluta y, de Master, soy cuatro veces campeona del mundo, cinco veces de Europa y luego otros tantos subcampeonatos». A una ganadora como ella, las dos platas le dejan la sensación de que podía dar más, pero prefiere quedarse con las lecturas positivas: «Primero estoy agradecida por poder ir, porque ya pasar a Portugal en coche ya fue una sensación buena. Sabía que llegaba en buen estado de forma, pero son muchas carreras y en pista cubierta te la tienes que jugar a coger una buena calle libre, así que no puedes reservarte para la final. Quedé segunda por una centésima y en la final del relevo hemos hecho récord de España y ha sido la carrera más rápida de mujeres Master de la historia, así que feliz».
El camino de Canto es tan diferente que, a pesar de que en los dos últimos años venía compitiendo muy bien a nivel nacional en su categoría, terminar con la medalla de oro del 1.500 en la mano ha pasado a ser el mayor logro de su vida deportiva, siendo M45. «En las últimas tres semanas habrá corrido la prueba como unas 300 veces y alguna vez la ganaba, sobre todo porque la final del Campeonato de España de Valencia me dejó unas sensaciones increíbles». De hecho, llegaba a Braga como mejor español. «El tema es que era mi primera experiencia a nivel internacional y no sabía lo que me iba a encontrar. Te ves allí muy nervioso, porque todo es nuevo. Aunque parezca lo mismo no lo es. Esperarlo, no lo esperaba». Es más, comenzó la prueba sufriendo una caída, pero supo levantarse y terminar. Una especie de alegoría de una vida deportiva casi truncada por un problema de tobillo a los 15 años. «Hasta los 27 ó 28 años no conseguí entrenar tres días seguidos, pero me gusta la competición y nunca desistí». Fue en 2019 cuando se alzó por sorpresa como campeón de España de milla en pista. Desde ese momento, no ha hecho más que crecer.
Del campeonato, ambos atletas comparten un recuerdo bonito, que fue el de calentar en una pista, anexa a la oficial, que data del año 1950. «Preciosa, como un anfiteatro romano», señala Ángel. «La pista no era la mejor, hubo parones para poderla recolocar, pero te sentías como si estuvieses en aquella época compitiendo», recalca Carolina. Para Canto hay otro detalle que incluso le cuesta contar, porque le marcó mucho. Fue el cariño recibido por parte de corredores con trayectoria, siendo él nuevo en este escenario. «Se lo dije, que estaba infinitamente agradecido. La cercanía de gente que ha sido mucho en el atletismo, como Carolina, con gente que estamos rayando a buen nivel, pero que no venimos del mismo sitio. Nadie te mira por encima del hombro, ni nada por el estilo». De alguna manera, eso es lo que les alimenta para seguir. «El que no te está animando, te busca, te hace fotos; aunque no nos conozcamos. Y luego a nivel deportivo, que todos competimos pero haces unas amistades estupendas», cuenta siempre animosa la propia García.
Está claro que la motivación de estos atletas no tiene ya nada que ver con otra cosa que no sea «que estamos enamorados de esto», como verbaliza Canto. Llevar la competición en la sangre significa también que hay planes de futuro, de un futuro muy inmediato.
«La competición no está en ganar a mis compañeras, la competición está en superar mi marca, en mejorar y en disfrutar el proceso». En esa frase, Carolina García ya dejaba entrever que persigue algo más en la temporada de aire libre que ahora encaran. «Hasta antes del confinamiento he estado yendo a campeonatos de España absolutos. Ahora es más complicado porque han reducido a puestos. Mi ilusión sería volver a ir. Posibilidades creo que tengo si hago las tareas, que son descansar y entrenar como hay que entrenar». Ángel Luis está en las mismas: «Me gustaría ir a todo lo que hay, pero no va a poder ser y hay que tomarse las cosas con calma». Y con esa reflexión, ambos se quedan dibujando el calendario que sigue alimentando sus sueños.
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Iker Elduayen y Amaia Oficialdegui
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