![¡Vuelve el deporte! Motivos y causas de que el 25% de los federados no quiera competir](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202104/08/media/cortadas/mini-kOJE-U13010711067630EF-1968x1216@El%20Norte.jpg)
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Han sido meses y meses de espera, en algunos casos entrenándose de forma clandestina, en la mayoría ejercitándose sin contacto, y en otros simplemente dando balonazos a la pared de casa con la esperanza de que algún día se retomara cierta normalidad. Y ese día, el más esperado para miles de niños y no pocos padres en Castilla y León, llega este sábado con el inicio de las competiciones provinciales de fútbol.
Una cita que se ha hecho esperar más de lo deseado y que, como en toda situación traumática, va a dejar víctimas por el camino. Este fin de semana saltarán al campo 1.789 equipos de los 2.656 que estaban registrados en la federación en febrero de 2020. La resta deja a 867 equipos sin competir por diferentes y variados motivos derivados de la pandemia. Han optado por no formalizar su inscripción con la esperanza de poder reengancharse a la competición a partir del mes de septiembre.
Los argumentos abren un amplio abanico en el que afecta lo económico, por supuesto, pero también otros aspectos como la decisión de que no haya ascensos y descensos en algunos campeonatos por lo comprimido del calendario, el formato por ende de este regreso con partidos que se consideran amistosos, la falta de preparación y entrenamientos o, en el caso de las categorías menores, el temor que genera el contagio en algunos padres.
En este último caso, el mejor ejemplo apunta a la nueva categoría que ha instaurado la federación en este curso, la de debutantes –por debajo de prebenjamines, con edades comprendidas entre los 4 y los 7 años–, donde el porcentaje de equipos que se han dado de baja alcanza un 47%.
En medio de estas motivaciones para prescindir de equipos se cuela un debate que ha generado la pandemia, y que tiene que ver con el número de chavales que se han perdido para el deporte por culpa de la inactividad. «Han dejado de entrenar y ahora no quieren volver», apuntan desde uno de los clubes más representativos de la ciudad. En este sentido, también hay quien abandonó su deporte por la imposibilidad de practicarlo y se apuntaron a otros libres de contacto y, por lo tanto, sin restricciones.
Precisamente las restricciones han impedido cierta normalidad en los entrenamientos de los clubes y muchos han optado por dar la temporada por zanjada. El caso de Burgos, en concreto, es elocuente.
El desgaste generado por el virus ha afectado también a otros deportes colectivos de manera especial, caso del baloncesto, que ha debido sortear además la especificidad de jugar bajo techo. La gran mayoría de los colegios con pabellón los han cerrado a cal y canto por orden de Sanidad, y la actividad prácticamente se ha limitado a los campeonatos nacionales y las competiciones autonómicas que derivan en Campeonatos de España.
Más delicada es la situación de las ligas provinciales que, aunque han sido convocadas, no tienen visos de poder celebrarse. Con solo dos meses por delante, el escenario es más bien pesimista si bien desde la federación pretenden impulsar al menos las competiciones de minibasket.
En lo que a las competiciones autonómicas se refiere solo se han dado de baja un puñado de equipos. En un cómputo general la cifra de federados que siguen sin competir ascienden a un 30%.
Menos ha sufrido el balonmano, que aunque de forma interrumpida ha podido generar actividad prácticamente desde diciembre. En su caso, la federación ha tenido como principal obstáculo el cierre de instalaciones. No tanto la parte económica y sí la falta de pabellones para poder entrenar y dar salida a las cerca de tres mil licencias que manejaban antes de la pandemia. «Muchos equipos han estado parados por este motivo y ahora se les hace más difícil volver, mientras que otros han tenido que entrenar al aire libre», asegura su presidente, Tinín Alonso, que apunta a cierto temor por los contagios para explicar las bajas que se han dado en categorías inferiores.
Así, de 42 equipos senior que había hace un año se ha pasado a 22, de 30 en categoría juvenil a 25, de 48 cadetes a 45, y los 50 equipos en edad infantil se han visto reducidos a 42.
También en balonmano –al igual que en otras disciplinas– se apunta al coste de los seguros como obstáculo económico para algunos de los clubes.
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