![Toda una vida con la pelota en los pies](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202002/20/media/cortadas/BASE3A-kPZG-U100197890368kK-624x385@El%20Norte.jpg)
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Nuria Galindo
Valladolid
Jueves, 20 de febrero 2020, 07:50
No todo el mundo tiene el privilegio de haber jugado en los grandes equipos de su provincia. Cristina Ruiz es una de las pocas afortunadas que puede presumir de haber vestido las camisetas de los principales equipos femeninos de fútbol de Valladolid: Arces, Real Valladolid, ... Rayo Simancas, Parquesol y, finalmente, San Pío X. No hay duda de que sus ojos se iluminan cuando ve rodar un balón por el césped y es todo un ejemplo para las nuevas generaciones de niñas que se quieran adentrar en este bonito deporte.
Y es que el primer amor nunca se olvida y, para ella, ese fue el fútbol. La motivación le comenzó siendo pequeña, cuando su abuelo le llevaba a ver partidos al parque. En su casa nadie veía el fútbol por la televisión y fue él quien le llevo a enamorarse por el fútbol.
Hasta en tres ocasiones le negaron jugar con el equipo masculino del CD Arces, pero su pesadilla terminó cuando cumplió los catorce años. Fue la primera vez que Cristina formo parte de un equipo femenino y comenzó a vivir experiencias de las que nunca se olvidará. «Entrenábamos en unos campos de tierra cerca del circo y en muchas ocasiones los balones se nos desviaban y teníamos que ir a recogerles al circo», recuerda con cariño.
Más tarde, Cristina formó parte del Real Valladolid femenino, en su primer año de vida. Aquel equipo nació en 2009 como respuesta a la idea de la RFEF de potenciar la nueva Superliga femenina, pero, tras dos años de existencia, echó el cierre. Esta experiencia solo la vivieron unas pocas jugadoras. Como recuerda la exdefensa, fue algo temporal y fugaz». Fueron muchas las criticas por su mala gestión, no se había trabajado su base ni se había planteado su futuro. Fue un golpe duro asimilar el de la desaparición.
«Al principio, cuando llegas, estás ilusionada, porque el Real Valladolid tiene un equipo femenino y porque, en teoría, van a ayudar a la formación de las jugadoras. Pensé que iba a llegar a más, pero no interesó económicamente», lamenta.
En ese momento, Cristina se llegó a plantear seriamente abandonar el deporte de su vida, pero en ese instante en el que más lo necesitaba apareció el Rayo Simancas, como si de un rayo de luz en el cielo nublado se tratase. Hoy esboza una sonrisa al recordar su experiencia en el equipo: «Nunca se me olvidara el partido frente el Burgos, fue el ultimo partido de la temporada y nos jugábamos la categoría. Ese día había mucha gente en el campo, parecía que estábamos jugando un partido de Primera División».
Después de varios años en el Rayo Simancas, el CD Parquesol absorbió la estructura. La zaguera apenas notó el cambio, ya que tanto las jugadoras como el cuerpo técnico siguieron los mismos caminos. La única diferencia se apreció en las instalaciones, que presentaba mejores condiciones y se encontraba más cerca.
Ante la imposibilidad de aumentar los días de entrenamiento, y debido a las circunstancias laborales, Cristina volvió a cambiar de zamarra, esta vez para enfundarse la del San Pío X. «No quería dejar el fútbol y decidí fichar por el San Pío X, porque estaba en una categoría inferior y la exigencia fue menor», indica. Su aventura en el club rojiblanco fue diferente. «Me fue más difícil integrarme; las jugadoras llevaban allí desde niñas, pero fue una experiencia muy bonita, las jugadoras eran más jóvenes y aprendí mucho de ellas», añade.
Los años transcurren, se cierran etapas y se da paso a otras nuevas. Recorrido todo el camino y aportando su granito de arena en la historia del fútbol femenino vallisoletano, Cristina decidió ver el fútbol desde otra perspectiva, como entrenadora del cadete del CD Laguna. «Es algo que también me gustaba, no dude en sacarme los títulos y ahora estoy enganchada», confiesa, al mismo tiempo que, aconseja a las niñas que están comenzando su aventura en el fútbol en «luchar por sus sueños a pesar de los obstáculos que haya en el camino».
La revolución global del fútbol femenino es una realidad que se ha ido acentuando en estos últimos años. Para Cristina Ruiz, «la situación con respecto al pasado está cambiando, porque ahora se está trabajando desde la base, que es lo más importante, puesto que no se puede pretender que se construyan grandes equipos sin tener una cantera previamente». La que fuera defensa de tantos y tantos equipos no niega su deseo de haber vivido en sus propias pieles y con más tiempo este auge, pero su larga trayectoria por los clubes de Valladolid y su participación en las principales categorías le convierten en un ejemplo para todas las jóvenes futbolistas que están dando sus primeros pasos futbolísticos.
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