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Sandra Pascual da indicaciones a sus compañeras durante el partido frente al Alavés. Rodrigo Jiménez
Y Sandrita se convirtió en Sandra

Y Sandrita se convirtió en Sandra

Experimentada, aunque joven, es una de las capitanas y piezas clave del conjunto naranja que milita en la nueva Reto Iberdrola

Jesús Domínguez

Valladolid

Miércoles, 27 de noviembre 2019, 21:29

Han pasado ya unos años desde que la estructura del CDParquesol anidó en el José Luis Saso. Cuando desplegó sus alas, llevaban ambas un mismo nombre: Sandra. La vida –más que el fútbol– llevó a Sánchez Riquelme a Madrid, y, más pronto que tarde, a colgar las botas, antes de convertirse en referente de su deporte, pero como periodista.

Pascual, conocida entonces como Sandrita, ha madurado. Aunque aún es joven –tiene 23 años– parece que llevara toda una vida jugando en una categoría nacional, actualmente, en la Reto Iberdrola, segundo escalón del fútbol femenino desde este año. «Ascendí a Nacional siendo infantil y comencé a jugar en Nacional con 14 años. Recuerdo llorarle una vez a Javi (Martín, el entrenador); creía que se me quedaba grande, pero no me hizo ni caso», dice riéndose una de las capitanas del equipo naranja. Y hasta ahora. «Por aquel entonces jugaba gente más mayor; ahora creo que los equipos tienen una menor media de edad», destaca como uno de los cambios que ha vivido en todo este tiempo.

«Recuerdo llorar con Javi (Martín) en mis inicios y decirle que creía que la categoría nacional se me quedaba grande»

Ahora Sandrita es Sandra (pese a que a veces aún hay a quien le sale llamarle como antes), y cuenta con una experiencia mayor, gracias a la que ha serenado su fútbol. Se le ve galopar menos la banda hasta llegar a la línea de fondo, como entonces hacía: su juego ha madurado con ella; ahora son mayores su espectro y su zona de influencia. Lo mismo baja a cubrir el hueco que ha dejado una compañera en su carrera que la toca en posiciones interiores, buscando mejorar la acción ofensiva. Y lo hace; suele hacerlo, clarividente en el pase y con gestos técnicos que hacen que alrededor haya bromas sobre lo que le gusta tirar caños (como recurso y no como exceso).

Hobbie y responsabilidad

Disfruta igual que cuando Suárez o Fraile –dos de sus mayores apoyos, los dos futbolistas y habituales en el Saso– se metían con ella cuando jugaban juntos en Laguna, antes de que en alevines se marchara al Rayo Simancas. Tanto lo hace que a veces se le ve riéndose en –«mejor reírse, es lo más serio», decía la canción de Pereza–. Sigue siendo, en el fondo, un hobbie. Es, eso sí, uno en el que emplea mucho tiempo, en el que se aplica responsable y con la vocación de quien hace lo que más le gusta. «Para jugar al fútbol a este nivel hay que renunciar a otras muchas cosas. Exige mucho sacrificio y, para mí, enseña a priorizar. Yo nunca me he perdido un solo entrenamiento por estudiar», ejemplifica. Además de estar preparando unas oposiciones, en la actualidad, trabaja para poder hacer frente a su día a día. Porque es verdad que poco a poco el fútbol va cambiando a mejor, en el Parquesol también, pero esta no puede ser su única ocupación. «Ahora es un poco más difícil, pero si te organizas, hay tiempo para todo», agrega.También a pesar de los largos viajes que, por ejemplo, hace cada dos semanas su equipo en la Reto Iberdrola. Sandra Pascual sabe que «hay que dar prioridad al resto de cosas», dado que el fútbol no es eterno ni para las jugadoras que militan hoy en día en la máxima categoría. «Vivir solo del fútbol femenino es muy difícil, por eso todas tienen sus estudios o bien trabajan. La vida es más larga que la trayectoria deportiva», recuerda una de las capitanas naranjas. Eso sí, ve coherente la demanda existente de un convenio colectivo, porque «no se trata solo de los salarios, sino que lo que se busca es mejorar también otras cuestiones como poder estar protegidas en caso de maternidad o como tener estipulado un periodo de vacaciones». En definitiva, lo que se trata es de equiparar la situación de las jugadoras a la realidad que hoy hay, tras la mejora estructural y ante la mayor apuesta económica que se está viendo por parte de empresas y otras entidades por el fútbol, pues, al final, es de las futbolistas.

«En la actualidad, vivir solo del fútbol femenino es muy difícil; la vida es más larga que la trayectoria deportiva»

Para Sandra, «este auge no tiene freno», cada vez el 'futfem' está más normalizado, pero no es una moda ni una burbuja que vaya a explotar, cada vez tiene más apoyo y, seguro, las mejoras continuarán, cree. «Las jugadoras que vayan llegando lo van a ir notando», afirma, al tiempo que lamenta que quizá pronto tenga que dejar de invertir tantas horas en el fútbol para estudiar más o buscar un sustento a largo plazo. «Los cambios me pillan ya mayor», comenta. Y ríe una vez más, si bien entre broma y broma su seriedad asoma. Asoma la Sandrita de siempre, ahora ya 'solo' Sandra. Y nada menos que Sandra.

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