Borrar
Consulta la portada de El Norte de Castilla
Jueza por amor y un amor por el tartán

Jueza por amor y un amor por el tartán

Una casualidad la llevó hace catorce años a las pistas de atletismo, desde hace once se convirtió en jueza de Dirección Técnica

Ruth Rodero

Burgos

Miércoles, 30 de octubre 2019, 21:45

El amor es el motor del mundo. Y si no que se lo digan a Inmaculada Delgado, jueza de Dirección Técnica de atletismo en la Federación de Castilla y León, que por amor llegó hasta el tartán. A las frías mañanas de invierno, al calor sofocante del verano y a aguantar la lluvia que en muchas ocasiones hace acto de presencia en las competiciones de atletismo.

Y todo porque Inmaculada Delgado tuvo la suerte -y a ver quién dice lo contrario- de enamorarse de un entrenador de atletismo. «Llegué a este mundo porque mi novio de entonces, ahora marido -aclara-, era entrenador y los fines de semana se iba a las competiciones. Así que yo comencé a ir con él y empecé a ayudar en el montaje». Un comienzo poco prosaico pero eficaz, pues unos cuantos años después el tartán se ha convertido en su segunda casa.

«Después de un par de años ayudando la persona que en aquel entonces era la presidenta del comité, Carmen Herrero, nos animó a hacernos jueces y las tres personas que estábamos allí ayudando habitualmente al montaje nos presentamos al examen», rememora Inmaculada.

La casualidad quiso que en 2005 comenzara a echar una mano en las competiciones para, poco después, acabar «amando el atletismo».

En 2008 hizo el examen para formalizar su situación como jueza, un deporte al que llegó partiendo de cero pero con la ventaja de haber aprendido directamente en la pista: «Al estar en montaje acabas conociendo la pista, los artefactos, las distancias... y eso te ayuda mucho de cara al examen. Nos hicieron un curso en el que nos prepararon haciendo test y cuestionarios y nos dieron formación para después pasar a ser juez».

En sus inicios en el mundo del atletismo no era necesario ser juez para poder montar la pista, pero una circular de la Federación Española lo cambió todo: «Querían que la gente de montaje fuésemos jueces. Realmente mi trabajo dentro de la pista no es que haya cambiado mucho, hago lo mismo, solo que ahora voy de juez y antes no».

Aunque también es cierto que su labor no se queda de manera exclusiva en esta función. Inmaculada también forma parte de uno de los paneles de la Federación Española y después se hizo juez nacional. Aunque pueda parecer que su labor se limita al 'antes' es en realidad un continuo. «Nosotros siempre decimos que somos los primeros que llegamos y los últimos que nos vamos. Estamos antes, durante y después de la competición ejerciendo nuestra labor», explica Inmaculada.

No solo se trata de montar la pista, también comprueban que todos los elementos cumplan con las medidas obligatorias de la competición, que las vallas estén a la altura correcta para cada prueba... y además echan una mano donde sea necesario: «Hay veces que actúo dentro de un concurso porque hace falta y hay que echar una mano».

Inmaculada Delgado es una especie de controladora que está pendiente de todo aquello que puede afectar a la parte técnica del desarrollo de una prueba. Bajo el sol o la lluvia, haga frío o calor, moviendo vallas o asegurándose de que los jueces tengan sus banderas.

«A veces estás montando la pista y el juez de salida no te ve y tienes que correr para apartarte»

Inmaculada tiene clara cuál es lo que más le gusta de su labor: «La dirección técnica, mucho más que participar en algún concurso. Es donde más se aprende también. Cuando me he presentado a los exámenes me ha ayudado mucho estar en la pista, aunque seamos los 'curritos' y acabemos muy cansados».

Sin duda alguna sus competiciones favoritas son las que se desarrollan en pista «más que las que son en ruta» y mucho más las que son al aire libre que las del módulo cubierto. Sin embargo no tiene especial predilección por unas edades y otras. «Cuando son categorías absolutas va todo más rápido, hay menos competidores y todos saben lo que tienen que hacer, pero cuando son niños y les ves las ganas que tienen y cómo se esfuerzan por darlo todo es muy bonito», asegura.

En todos estos años acumula anécdotas divertidas, aunque quizás la que más se repite es en la que ellos se convierten en protagonistas: «A veces estás montando la pista para una carrera de vallas y el juez de salida no te ve, así que la carrera empieza y tú estás terminando de poner las vallas y tienes que salir corriendo tú también para que no te lleven por delante».

Inmaculada sonríe cuando habla del atletismo y tiene un mensaje claro para todo aquel que pueda estar interesado en convertirse en juez: «Las pistas de atletismo las tenemos abiertas a todo el mundo, es un deporte que, aunque no lo hayas practicado nunca o no te hayas acercado mucho a él, es un deporte fácil de aprender una vez que te adentras y es una manera muy bonita de acercarte al deporte».

El amor la llevó hasta el tartán y ese amor ahora le hace soñar con la competición en la que querría estar: «Unos Juegos Olímpicos, pero no está a nuestro alcance».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Jueza por amor y un amor por el tartán