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Gerardo Liendo
Miércoles, 22 de enero 2020, 21:38
Loreto Ginés no entiende su vida sin la gimnasia. Primero como competidora; ahora como entrenadora en uno de los clubes más importantes de España: el Club Gimnasia Acrobática Valladolid. En medio pabellón del Polideportivo Pisuerga intenta inculcar a sus pupilos –entre ellos a su hermana, ... a dos de sus hijas y a varias sobrinas– todo lo que aprendió en su carrera deportiva, sesgada de forma abrupta por una caída de cabeza mientras se preparaba para disputar un Europeo de Trampolín. «Aquello me trastocó todos mis planes», reconoce, a la vez que responde con un resignado «así es la vida», mientras no deja de sonreír pensando en que algún día alguno de sus alumnos pueda llegar a vivir unos Juegos Olímpicos. «Creo que en Valladolid tenemos mimbres suficientes para conseguirlo».
–¿Qué significado tiene para usted las palabras gimnasia artística y trampolín?
–La gimnasia ha sido mi vida. Soy hija de gimnastas, prácticamente nací en un gimnasio y la primera vez que salí en un periódico tenía once meses y estaba saltando en una cama elástica. Porque yo no sabía andar todavía pero me ponían en una cama elástica, no me caía y saltaba. Este deporte no me permite vivir de él pero es mi vida.
–¿Cuál fue su primer recuerdo de este deporte?
–Mis primeros campeonatos, que para mí eran prácticamente un simple juego.
–Cuénteme una anécdota de sus inicios.
–Tenía cuatro o cinco años; estaba preparada para saltar en mini-tramp dentro del denominado Campeonato de Castilla –nosotros vivíamos por aquel entonces en Madrid–; al ser tan pequeña no llevaba ni los saltos preparados y mientras corría, por el camino, iba gritando a mi padre '¿qué tengo que hacer?', y no sé muy bien lo que hice pero quedé primera.
–Una rivalidad.
–A diferencia de lo que sucede en otros deportes, en gimnasia la rivalidad siempre es muy sana. A día de hoy, a nuestros gimnastas les inculcamos que animen a sus rivales, sean de cualquier provincia o país, y lo hacen. Si alguno falla, acuden con rapidez a darle un abrazo. Me encanta este deporte por esto. El ambiente es más familiar, tal vez porque formamos parte de un deporte más minoritario.
–Un momento que le haya marcado en este deporte.
–Me había clasificado para el Europeo de Trampolín. Durante la concentración previa en Oviedo, me caí de cabeza, me tuvieron que operar de cervicales y ahí me despedí de mi vida deportiva. Esa caída me rompió todos los esquemas, terminó con todo aquello que tenía planteado para mi vida. Tuve que partir de cero. Ahora llevo una placa que me sujeta las vértebras. También tengo claro que mi excelente preparación física me salvó de algo peor.
–Un lugar que para usted sea sinónimo de gimnasia artística.
–En Valladolid, sin duda, el polideportivo Pisuerga. He pasado muchas horas en él, y sigo haciéndolo.
–Un referente en este deporte que le haya marcado.
–Ginés, mi padre.
–¿Cómo ve en estos momentos el deporte base en su disciplina deportiva?
–No está mal. A los chavales les encantan las acrobacias y tenemos bastante gente inscrita en el club. Pero nuestro gran problema es el espacio porque solo tenemos medio pabellón del Pisuerga. Tenemos masificación, y eso dividimos a los chavales por grupos para poder atender a todos los niños. Tampoco es fácil encontrar un lugar adecuado para practicar nuestro deporte porque necesitamos de mucho espacio. Hay que tener en cuenta que las camas elásticas son enormes, que requerimos una altura mínima de nueve metros, una extensa superficie para correr..., es complicado, pero sí, contamos con buena cantera.
–¿Cómo se imagina su deporte dentro de diez años?
–Aunque ha evolucionado bastante en los últimos años en cuestión de seguridad –no deja de ser un deporte de alto riesgo–, creo que mejorará aún más en ese sentido.
–¿Qué papel cree que jugará en este deporte dentro de una década?
–Espero seguir en lo mismo, entrenando. Mis deseos pasan por conseguir que alguno de nuestros chicos llegue a ser olímpico. Actualmente, tenemos un chaval vallisoletano que está becado en Barcelona y que este año ha quedado cuarto en el Mundial de la categoría de 17 a 21 años, consiguiendo unas notas impresionantes... Y creo que tenemos una cantera de niños con mucho potencial.
Más de doce veces campeona de España en las diferentes modalidades de trampolín; medalla de bronce por equipos en un Europeo Junior; preolímpica en gimnasia artística para los Juegos Olímpicos de Seúl –no asistió por motivos burocráticos–; asistente habitual a europeos y mundiales... Loreto Ginés abandonó de forma temporal aquella 'droga' deportiva que le habían inculcado sus padres para sacarse la carrera de Magisterio –en la especialidad de Educación Física–, «pero regresé junto a mis hermanas» con quienes llegó a copar todas las posiciones del podio en un Campeonato de España de Trampolín: «Yo fui primera en dos disciplinas, y mis hermanas fueron segunda y tercera». Hoy, ejerce de teleoperadora para seguir viviendo con su gran pasión: la gimnasia.
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