Adrián Yáñez posa con su equipación. El Norte

Adrián Yáñez: «Me enamoré de la esgrima desde que en mi colegio hicieron una formación»

El tirador vallisoletano sueña con mantenerse en la élite muchos años amparándose en la longevidad habitual de su deporte

Jesús Domínguez

Valladolid

Miércoles, 22 de mayo 2019, 21:20

Hay historias que comienzan con un flechazo, y la de Adrián Yáñez con la esgrima fue una de esas. Joven en una disciplina en la que explica que la longevidad es un habitual, se enamoró de la espada en el colegio, en una formación de esas habituales que se hacen en las clases para captar adeptos. Es parte del Club Esgrima El Duque, entidad radicada en Medina del Campo a la que no solo defiende como tirador, sino a la que suma también en formación. Y es que a pesar de ser joven todavía –tiene 23 años–, su palmarés y sus capacidades hicieron que comenzara a entrenar. Así, en calidad de técnico, percibe un aumento del interés en la base por la esgrima, disciplina que conoció muy pronto en cuya élite quiere estar todo lo que pueda: no es para menos; dice, es «muy competitivo», y siendo solo un chaval se fijaba como meta ganar a los mayores. Por eso fue precoz a la hora de empezar a colgarse medallas.

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–¿Qué significado tiene la palabra esgrima?

–Es mi pasión y mi forma de entender tanto el deporte como muchas otras cosas.

–Su primer recuerdo dentro de la esgrima.

–Mi primer recuerdo en la esgrima es de cuando empecé a practicarlo en el colegio con compañeros de mi clase. Vinieron a mi colegio a hacernos una jornada de formación y fue cuando me enganché. Me enamoré de la esgrima desde el primer momento.

–Una anécdota que recuerde de sus inicios.

–Al principio, cuando empecé a tirar, una vez acabábamos los entrenamientos, nos colábamos abajo, en donde se hacía educación física, para saltar en las colchonetas un grupete de amigos [ríe].

–Una rivalidad.

–Siempre, desde pequeño, he sido muy competitivo. Cuando empecé a practicar esgrima veía a los mayores del equipo y quería tirar con ellos hasta ganarles. Empecé a tirar con Gonzalo García, que era una de esas personas en las que me miraba; me costó mucho, y todavía a día de hoy me sigue costando, pero conseguí ganarle. Después de él, mi siguiente objetivo fue Joniel Pérez, que hoy en día todavía es mi entrenador.

–Un momento que le marcase.

–Mi primera medalla en un Campeonato de España conseguida en la categoría júnior; no me la esperaba para nada. Fui siendo júnior de primer año y cuando me quise dar cuenta, de repente, me encontré tirando en una semifinal en Madrid. Para nada estaba entre los favoritos. En ese momento fue una ilusión tan grande que no se puede explicar con palabras. Para mí y para mi carrera supuso un gran impulso.

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–Un referente.

–Me gusta mucho y me fijo en cómo tira el estonio Nikolai Novosjolov.

–¿Cómo ve la esgrima de base en la actualidad?

–Creo que cada vez está creciendo más la aceptación entre los niños, que cada vez los menores lo conocen más y lo disfrutan más. La sensación que tengo es que la esgrima de base está en un momento de mejora y de crecimiento.

–Dentro de diez años se imagina un deporte en el que...

–Espero que en la próxima década la esgrima se haya modernizado bastante en cosas como el sistema de puntuación, que no haya tanto cable de por medio y que haya mejoraado también el sistema de arbitraje, que no sea tan complicado como lo es ahora.

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–¿Y qué papel cree que jugará en estos años?

–Espero poder seguir dando guerra. La esgrima es un deporte bastante longevo, la edad de los campeones, en su mayoría, es superior a los 30 años; por ejemplo, Novosjolov fue subcampeón del mundo en 2017 y el año pasado fue subcampeón de Europa y tiene 38 años; yo todavía tengo 23. De aquí a esos diez años me gustaría seguir en los primeros puestos.

Comienzo tardío, ambición temprana

Adrián Yáñez empezó a tirar con 13 años, quizás algo tarde si se tiene en cuenta la edad a la que muchos comienzan a practicar la disciplina en la que más tarde destacan. Sin embargo, le cogió bien pronto el gusto, desde que empezó a tirar supo que era su deporte. Hoy, diez años después de empezar a hacerlo, sabe lo que es subir a podios en un buen número de pruebas de todo tipo: ha sido medallista tanto a nivel regional como nacional, tercero en el escalafón español y parte de la élite de la categoría sub 23 en Europa. Con Diego Balmori, entre otros, es parte del presente y del futuro de la esgrima en la provincia, y aspira a continuar ascendiendo desde su nuevo club, el Esgrima El Duque.

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