La VII Marcha y Carrera de las Mujeres tiñe el centro de Valladolid de rosa

Esta séptima edición de la cita que organiza El Norte de Castilla volvió a destacar por el buen ambiente y por la consideración de que, llegasen en el puesto que llegasen, todas las participantes, cerca de un millar, eran ganadoras.

En una mañana como esta es imposible sentirse sola; así lo decía una de las presentes, que si bien se había quedado a última hora sin la compañía prevista, sabía que en la marcha iba a tener con quien compartir momentos para la posteridad por el casco histórico de la ciudad.

«Es la primera vez que vengo y estoy gratamente sorprendida», afirmaba otra mujer en el photocall, acompañada de su pareja, uno de los hombres que se animaron a sumarse a la marcha, que cada vez son más. Sin pretender ser el ejemplo de nadie, pero siéndolo, los hubo que participaron junto a otros hombres, sumándose a una jornada de reivindicación y en la que también hubo bastantes niños, pues la igualdad no tiene ni género ni edad.

La primera en llegar a la meta de todas las participantes fue una sorprendida Nayara Martín, quien integraba la marea rosa por primera vez. Duró poco en el grueso del grupo, puesto que pronto elevó el ritmo para escaparse de sus compañeras –que no rivales– enfilando a llegada antes que ninguna. Y, al llegar, no se detuvo, lo que se convirtió en la anécdota de la jornada; con pulmones, seguía, pensando que aún le quedaba otra vuelta por delante.

«Iba siguiendo a la bicicleta que abría la prueba y llevaba un buen ritmo», se justificaba después. Esta era su primera presencia en esta jornada y su segunda carrera: al igual que este domingo, en la milla urbana, venció. No es, sin embargo, un hecho al que diera excesiva relevancia. «Me gusta correr y me parecía un evento atractivo. Es por un buen fin, tiene un componente benéfico y sabía que me lo pasaría bien», prosiguió.

Aunque sus escasos veinte minutos fueron un visto y no visto, que entre las propias corredoras generó bromas, junto a su familia, Nayara pasó la mañana rodeada de otras debutantes, como era ella, o de mujeres que nunca se pierden esta cita. Una de ellas es Mayte Martínez, concejala de Participación Ciudadana y Deportes en el Ayuntamiento de Valladolid, que completó los alrededor de cinco kilómetros de los que la carrera constaba junto a su compañera del equipo de gobierno Blanca Jiménez. «Cuando no he podido venir ha sido por lesión, pero siempre me gusta estar», declaraba la edil, puesto que, «como mujer y como deportista», le parece «muy importante estar apoyando esta iniciativa».

Y es que la Marcha y Carrera de las Mujeres sirve para visibilizar que estas han recorrido mucho, «pero también que nos queda mucho camino por recorrer como sociedad», analizaba Martínez. «Eventos así demuestran la fuerza de la mujer dentro de la sociedad y nos permiten disfrutar con otras mujeres haciendo deporte», ponderó la que fuera atleta profesional, que destacó también la relevancia que tiene para las mujeres la práctica deportiva «desde edades tempranas». Esta séptima edición de la Marcha y Carrera de las Mujeres contó con el patrocinio del Ayuntamiento de Valladolid, Alimerka, Recoletos Salud y Banco Santander y con la colaboración de Coca-Cola y Red Madre Valladolid.