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Valladolid llegó a acoger una crono del Tour del Porvenir; en la imagen López Cerrón dando instrucciones a un corredor del equipo Zor BH.
Siete contrarreloj con tres campeones absolutos
Vuelta Ciclista a España

Siete contrarreloj con tres campeones absolutos

Desde 1979 hasta 1994, de De Wolf a Tony Rominger, con Hinault, Sean Kelly, Álvaro Pino o Melchor Mauri la prueba ha dado para innumerables historias de puro ciclismo, designando también al ganador en tres ocasiones

Santiago Hidalgo

Valladolid

Martes, 29 de agosto 2023, 18:41

Un total de 34 han sido las veces que una etapa de la Vuelta Ciclista a España ha salido de Valladolid y provincia. En 35 ocasiones, una más, ha servido como fin y meta de la carrera (incluida la primera llegada de la carrera inaugural disputada en 1935 entre Madrid y Valladolid). Sin embargo, solo en otras 7 oportunidades las calles de la ciudad del Pisuerga han servido para albergar una prueba contrarreloj. Una contrarreloj que vio la luz en 1941 en esta ronda española.

La primera vez que llegó a Valladolid fue en 1979, con victoria del belga Alfons De Wollf y la última, celebrada en 1994, con triunfo de Tony Rominger. Han pasado casi tres décadas. 29 años por tanto desde que Valladolid fue el foco de una de las carreras ciclistas más espectaculares que es capaz de ofrecer la antes denominada serpiente multicolor, si obviamos las etapas de dura montaña,

Siete citas que han dado para mucho. También para ver la evolución de la propia ciudad y cómo se afrontaba esa cita ciclista. Eso sí, el problema o la alusión a la circunstancia de que la carrera podría detener o alterar el durante varias horas ha sido una constante, casi siempre llevada con deportividad, también con paciencia, como no podría ser de otra forma. No en vano, la vuelta contribuye a mostrar la ciudad y es uno de los elementos relevantes de la ahora denominada 'Marca España'.

Además, varios de los vencedores en la contrarreloj en Valladolid luego fueron los ganadores absolutos de la carrera. Así sucedió en tres ocasiones. Con Bernard Hinault, en 1983; con Melchor Mauri, en 1991 y finalmente con Tony Rominger, en la última carrera crono de 1994.

Apoteósico recibimiento de La Vuelta en 1979

Con estos adjetivos se aludía desde la prensa, más concretamente desde El Norte de Castilla y con la firma de Ángel María de Pablos, a la prueba que llegaba a Valladolid un 10 de mayo de 1979 proveniente de León. Era la etapa 16 en dos tramos. Primero con 136 km. en ruta y luego otro sector de 22 cronometrados donde el dominio holandés y belga se hacía patente. Si Adri Van Houwelingen ganaba la carrera con llegada a Valladolid, en la contrarreloj era De Wolf el que se imponía al líder y favorito Joop Zoetemelk, dominador absoluto de la carrera desde casi el principio hasta la llegada a Madrid. El primer español en la crono fue Galdós y el malogrado Alberto Fernández, del conocido equipo Moliner Vereco, acabó undécimo. No fue esta la única presencia vallisoletana. En la carrera León-Valladolid, tanto Roque Moya como José Luis López Cerrón, el actual presidente de la Federación Española de Ciclismo, intentaron demarrar muy pronto, aunque no consiguieron su objetivo de ser profetas, o al menos monaguillos, en su tierra. Por entonces, tanto Moliner Vereco como Novostil Helios tenían pujanza dentro del pelotón nacional.

Pero volvamos a la contrarreloj. Recibidos en «claro olor de multitud» con «miles y miles de personas, difícil calcular», decía el periodista que aludía a que pruebas como estas contribuían al «rescate del ciclismo» tras años de una «afición dormida». El propio alcalde Tomás Rodríguez Bolaños recalcaba su gratitud a los vallisoletanos por la magnífica acogida a este gran acontecimiento como es la Vuelta Ciclista a España.

Al día siguiente se salía hacia Ávila en una etapa con 204 km. Otra de las curiosidades es que el control de firmas y la salida neutralizada se hacía desde la propia Plaza Mayor vallisoletana, enfrente del mismo ayuntamiento transcurriendo por la calle Santiago, Plaza Zorrilla, por entonces parajes todavía no peatonalizados. Este 1979, además, fue el año en el que la empresa Unipublic, fundada cuatro años antes, se hacía con los derechos de la vuelta.

Entre Bernard Hinault y Julián Gorospo, dos referentes

La cita contrarreloj de 1983 fue un calco de la precedente cuatro años antes solo que esta fue la etapa número 15. Primero León-Valladolid y luego la crono previamente a partir, al día siguiente, en esta oportunidad hacía Salamanca.

López Cerrón volvió a ser noticia, en este caso por bajarse de la bicicleta a pocos kilómetros de la salida en León. Aquejado de una tendinitis desde las montañas astures, Cerrón puso pie a tierra no sin el consiguiente disgusto por no poder llegar montado en la burra a su casa.

Los 22 kilómetros de la contrarreloj fueron para Bernard Hinault que, rodando a 49 kilómetros por hora, quiso lucirse y hacer brillar también a su equipo Renault por estas tierras tan involucradas con la marca del rombo. Segundo fue Julián Gorospe, con el equipo Reynolds, a 10 segundos del francés y un poco más lejos, sexto y séptimo, ambos del equipo Zor, Álvaro Pino y Alberto Fernández. Precisamente en Valladolid el joven vizcaíno Gorospe recuperaba tras la cronometrada el maillot de líder y acompañado del astro francés, este le levantaba el brazo en el podio, posando juntos ambos para las cámaras fotográficas. ¿Era el campeón y su relevo? El público no ocultaba su predilección hacia el español, claro está, a la vez que alguno pitaba a Hinault por aquello de nuestra pelea interna con los vecinos franceses.

Sin embargo, la general final de la prueba de 1983 encumbró, sí, a Bernard Hinault como vencedor, siendo acompañado en el podio de Marino Lejarreta y de los antes citados Alberto Fernández y Álvaro Pino, tercero y cuarto respectivamente.

Precisamente el equipo Zor, dirigido por Javier Mínguez, fue elogiado por el entonces presidente de la UCI y de la Federación Española, Luis Puig. Este argumentaba también que mientras el Tour contaba con un presupuesto de 300 millones de pesetas, la Vuelta a España apenas llegaba a 25, y aún así era una gran prueba.

El ciclismo vallisoletano también estaba de enhorabuena ya que unos días después, el 13 de mayo, coincidiendo con la festividad del patrón de la ciudad, San Pedro Regalado, se iba a inaugurar el Velódromo Narciso Carrión en la carretera de Renedo con presencia de las selecciones belgas e italianas.

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