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Iván Romeo (Valladolid, 2003) conoce perfectamente el recorrido de la contrarreloj de La Vuelta en Valladolid. Pese a que no podrá disputarla, su madurez (ya la tenía antes de enrolarse en Movistar Team) le hace relativizar y pensar en lo mejor para su equipo y ... para su aprendizaje. En su debut en World está dejando unas sensaciones muy gratas, sin presión, pero con objetivos cumplidos como su buen hacer en Strade Bianche, en el Mundial sub-23 o en el Tour del Porvenir.
- Strade Bianche, A través de Flandes, Tour de Flandes, Paris-Roubaix, Romandía, Clásica de San Sebastián… A uno le dicen que es debutante en el World Tour y no se lo cree.
He tenido un calendario muy bueno; desde que debuté en Australia en Down Under, una vuelta de una semana de World Tour. Ayuda a crecer, he podido sumar días e ir aprendiendo, sabiendo, además, que la selección también iba a contar conmigo y que quería llegar en un buen momento de forma, como creo que así ha sido.
- Y encima, se atreve a escaparse en la Strade Bianche y en Murcia. Valiente es, desde luego. Y sin embargo, la idea que hay a su alrededor es de que está siendo un año de rodaje.
Para mí tiene el mismo mérito para estar en fuga que hacer otro trabajo, porque es el día a día lo que te hace estar ahí. La clave era hacer el trabajo bien y que los compañeros y los directores estuvieran contentos, aunque es bonito estar en fuga en una Strade Bianche. Está siendo un año de reconocer carreras, de sumar kilómetros y saber cómo se corre en carreras como las clásicas de Bélgica.
- De todas esas experiencias que está acumulando, ¿qué diría que está aprendiendo?
La idea que teníamos para esta temporada era ir ganando experiencia, aprendiendo y mejorando no solo en rendimiento, sino en todo lo que tiene que ver con ser profesional, y luego, centrarme en algún objetivo personal, que siempre me gusta marcarme, y, por suerte, me ha ido muy bien.
- Fue octavo en el Mundial y ganó una etapa en el Tour del Porvenir.
En el Mundial, el objetivo era más la crono que la ruta, y aunque no salió tan bien, luego me pude desquitar. No fue una decepción, porque hice la mejor crono de mi vida, pero el rendimiento no solo depende de dar los vatios de los cinco primeros. En el Tour el objetivo era ganar una etapa y creo que se cumplió con creces. Es una carrera muy exigente, con muchos profesionales, en la que hay que ser un corredor de tercer o cuarto año o tener una experiencia de un nivel muy alto para poder estar delante. Tenía dos etapas marcadas y los astros se juntaron para que ganase la quinta.
- Queda temporada, pero si tuviera que hacer un balance a estas alturas, ¿cuál sería?
Buenísimo. Ya lo era antes de ganar esa etapa en Francia, pero ahora más todavía. Es un año en el que no tenía ninguna presión por parte del equipo y tampoco demasiada por mi propia parte, porque para aprender y ayudar no hace falta meterse demasiada presión. Desde el inicio todos los objetivos se han cumplido y el año está siendo muy, muy bueno, y eso también me da confianza para seguir mejorando poco a poco.
- ¿Ya se puede hablar de Iván Romeo con un corredor con un perfil concreto?
Lo estamos perfilando, pero sin cerrar puertas. He corrido clásicas, clásicas con pavé, vueltas de una semana con montaña, contrarrelojs… Estoy teniendo la suerte de que el equipo me está dando la oportunidad de probarme e ir viendo dónde puedo llegar a estar, aunque es evidente que a mí me gusta mucho la crono, aunque cada vez es una disciplina más difícil. Creo que entre todos estamos esbozando lo que puedo ser, pero desde la tranquilidad de que en el equipo hay grandes corredores, con experiencia, como para que mi desarrollo sea como tiene que ser.
- ¿Le duele a un rodador de Valladolid no poder correr una contrarreloj en su casa?
No, qué va. Me encantaría algún día correr una grande y que pasara por casa; sería muy especial, pero este año tocaba y eso lo tengo claro, que hay que seguir una evolución lógica y que el equipo tenía que llevar el mejor 'ocho' posible. Ahora mismo no estoy a ese nivel. Por desgracia, además, tampoco voy a poder estar ese día.
- ¿En algún momento se plantearon un cambio de guion?
No. Desde principio de temporada teníamos claro que este año no tocaba ni por el momento del equipo ni por mi nivel. Una Vuelta son tres semanas y el equipo tiene la necesidad de afrontarla con garantías.
- Pero estas carreteras las conoce como la palma de su mano… ¿Cómo cree que será la crono? ¿Qué espera de ella?
Tiene un principio un poco más revirado, en la zona de Parquesol y la Avenida de Salamanca. Va a ser una crono de darle, darle, darle, y más después del día de descanso, que hay cuerpos que responden más, y otros, menos. En la zona de Puente Duero y en el Paseo Zorrilla no van a tener que desacoplarse de manillar de crono y ahí creo que se van a marcar diferencias. Creo que va a ser un día importante, que va a marcar, aunque es una distancia corta para ser la única crono de un día grande. Habrá diferencias, pero seguro que no va a ser definitivas.
- ¿Cómo está viendo La Vuelta?
Es una Vuelta de la leche [ríe]. La participación es de las mejores de los últimos años y ese miedo que siempre tienes a que los primeros días se vaya alguno creo que solo ha pasado con Dunbar; los diez favoritos siguen en liza. Creo que va a ser una Vuelta con muchas alternativas.
- Para poco en casa. ¿Lo echa de menos? ¿Echa de menos a su grupeta de aquí?
Lo estoy llevando bien. Siempre que puedo vengo a Valladolid y siempre que estoy en España, aunque no sea en casa, siempre intento estar con la familia. Más que mi grupeta, son mis amigos y siempre que puedo salgo con ellos; tengo una gran relación y cuando acaba la temporada nos vamos juntos de vacaciones, así que los tengo presentes siempre.
- Su hermano Sergio sigue creciendo al abrigo de la MMR Academy y también ha cosechado varios buenos resultados este año. ¿Cómo está viviendo su evolución?
Además de mi hermano, Sergio siempre ha sido mi mejor amigo; más que seguir lo que hace, su vida es como si fuera la mía. Está haciendo también su carrera y poco a poco irá mejorando. Está muy contento, está mejorando mucho y le gusta mucho lo que hace. Él es un 'sprinter' puro y yo esprinto entre poco y nada, pero nos parecemos en que los dos somos tíos grandes y rodamos bien en el llano.
- Perder en febrero a Estela Domínguez sería un golpe duro para ambos…
Fue una mierda. Estaba en Murcia y me enteré el primero, llamé a casa y se lo conté a la familia, y fue muy duro para todos; más, para los que hemos estado con ella toda la vida. Creo que correr por ella también es una motivación. En Francia, cuando estaba a 15 kilómetros de meta y vi que iba solo, pensé: hay que llegar para poder dedicarle la victoria a Estela, a Juan Carlos y a Yolanda (sus padres). Siempre está ahí y siempre va a estar.
- ¿Con qué va a acabar la temporada, qué le queda por correr?
Todo lo que me queda con el equipo es World Tour y me quedan los campeonatos de Europa con la selección. El objetivo con la selección es volver a superar los retos personales de las anteriores pruebas y quitarme la espina del Mundial de la contrarreloj; espero disputarla, y además, la ruta me gusta mucho, porque tiene alguna de pavé por la zona de Países Bajos.
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