Valladolid y La Cistérniga, salida y meta de la Clásica de Castilla y León

La organización, que trabaja ahora contrarreloj para ultimar el libro de ruta y concretar la participación, tiene confirmada la presencia de equipos como el Cofidis o el Movistar Team, con la asistencia en este último del vallisoletano Iván Romeo. Ahora espera cerrar una nómina de corredores lo suficientemente atractiva como para compensar la pérdida de peso en número de etapas dentro del calendario UCI. Hay que recordar que desde 2019, la última vez en la que se celebraron tres etapas, la prueba ha atravesado por múltiples dificultades postergándose cada año su programa hasta últimísima hora. En su última edición de 2023, la Vuelta a Castilla y León se disputó en dos etapas (en Soria la primera y entre Coca y Segovia la segunda), y ahora los recortes la han dejado en una sola jornada, pasando a denominarse y a tener formato de Clásica, a pesar de los reiterados mensajes de reforzarla para aumentar su peso en el calendario.

El recorte es tangible en el libro de ruta, y se explica por el recorte a la mitad del presupuesto destinado desde la Junta de Castilla y León. Si en su edición de 2023, la cantidad aportada por el gobierno regional alcanzó los 175.000 euros, la rebaja del 50% ha obligado a tomar la drástica decisión de reconvertir la ronda en Clásica.

Precisamente un día después de la disputa de la Clásica a Castilla y León tendrá su bautismo la I Vuelta a Castilla y León en categoría sub-23 (24 a 28 de julio), una carrera anunciada en su día como una ronda de cinco etapas pero que todavía se encuentra ultimando su libro de ruta.

En próximas fechas se despejará la participación del pelotón internacional en esta Clásica de Castilla y León, en un escenario en el que los corredores deben repartirse entre las pruebas que propone este verano el calendario (los Juegos Olímpicos, La Vuelta a Burgos entre el 5 y 9 de agosto, la Clásica de San Sebastián el 10 de agosto, etc).