No saber cómo saldrá
De Ayer a Hoy ·
En el ciclismo muchas veces hay que intentar hacer algo sin saber si funcionaráÁngel maría de PAblos
Viernes, 18 de septiembre 2020, 21:17
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De Ayer a Hoy ·
En el ciclismo muchas veces hay que intentar hacer algo sin saber si funcionaráÁngel maría de PAblos
Viernes, 18 de septiembre 2020, 21:17
En su folleto de promoción, los organizadores decían sobre la etapa de ayer con cierto aire de respiro, sobre todo después de programar tres jornadas alpinas de tanta dureza como las que ya se han vivido, algo tan evidente como «penúltima ocasión para los velocistas ... que hayan sobrevivido al paso por los Alpes»… Era lo esperado y, sin duda, su elección dentro de la carrera tenía ese sabor. Pero, en el mundo del ciclismo, no todo se desarrolla como estaba previsto.
Y la decimonovena arrancó con una escapada en solitario de un hombre modesto, Remi Cavagna, un ciclista duro al que no le asustan las grandes cabalgadas y que se lanzó a una aventura peligrosa confiando en coger una ventaja lo suficientemente importante como para pensar, en los momentos decisivos, que se podría culminar con éxito. Una etapa que arrancaba con un aviso fundamental para todos: en la primera hora de carrera se hicieron 50 kilómetros de promedio. Y, tras la tranquilidad de los dos primeros tercios de la competición, nuevos nombres fueron sumándose a la historia del día. Pero ninguno velocista: Pierre Roland, Benoit Cosnefroy y Luque Rowe. ¿Dónde estaban los esprinters?...
En la siguiente hornada de escapados hacia la victoria sí llegaron algunos velocistas: Peter Sagan y Sam Bennett los más significados, también alguno con historia familiar como Matteo Trentin. Pero, sobre todo, al deseo de adelantarse a los llegadores una serie de aventureros que se lanzaron para ver lo que podía ocurrir.
Muchas veces intenté cosas sin saber si saldrían…
Es una frase de Miguel Poblet ya retirado de la competición y haciendo examen de su brillante palmarés… Pues bien, seguramente muchos de los que ayer saltaban del pelotón estaban intentando cosas sin saber si saldrían y al único que le salieron fue al danés Soren Kragh Andersen, un excelente rodador, con virtudes para ganar carreras salidas de su capacidad de resistencia en cabalgadas de término medio y dejar a los llamados velocistas al uso, con un palmo de narices. A los velocistas tradicionales y a los líderes que aspiran a ganar este Tour de la pandemia que ha salido muy raro, rarísimo, y lejos del espíritu tradicional de la mejor carrera del mundo.
La Organización pensó la etapa de una manera, pero también lo hizo sin saber cómo saldría porque ayer, más que los deseos del Tour, primó la prudencia ante la contrarreloj de hoy.
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