Poulidor y Jacques Chirac
De ayer a hoy ·
Ángel María de Pablos
Jueves, 10 de septiembre 2020
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De ayer a hoy ·
Ángel María de Pablos
Jueves, 10 de septiembre 2020
Si ayer decíamos que el último kilómetro salvó la monotonía con la que se había disputado la etapa, camino de Sarran y disputándose la etapa más larga (218 kms) del actual Tour tendremos que afirmar cómo la monotonía fue la tónica general de la jornada ... hasta la pancarta de 50 kilómetros a meta. Habían rodado seis corredores escapados hasta entonces y, entre esos seis aventureros sin fortuna, se encontraban el campeón de España Luis León Sánchez además de Imanol Erviti. Y así, con pelotón y escapada se vivió la duodécima etapa durante 150 kilómetros.
Ahora bien, cuando el pelotón reaccionó gracias al trabajo de los equipos Bora y CCC, la carrera se desmelenó y empezó el espectáculo que llevábamos esperando casi, casi, desde Niza. Acelerar el pedaleo, cambiar el ritmo cansino y provocar intentos de escapada fue todo uno y uno empezó a pensar que no se iba a perder, en modo alguno, el Tour 2020.
Porque, aún cuando los corredores digan que el pelotón rueda siempre con una velocidad que oscila entre los 50 y los 60 kms/hora, la emoción del ciclismo no se basa en la velocidad de todos sino en la ambición de unos cuantos. Y ayer sumamos muchos ambiciosos en la película de un día que acabó a un ritmo trepidante de intenciones que, si irían fallando unas tras otras, el éxito acabaría acompañando a un solo hombre: Marc Hirschi. Sí, en efecto, el suizo que en la sexta etapa, camino del Monte Aigoual, remató más de 100 kms antes de que le superara un cuarteto de aspirantes al triunfo final casi, casi, frente a la pancarta de los últimos mil metros.
El suizo se quitó la espina de aquella etapa demarrando en el momento justo, dejando tirados a los compañeros que lo habían intentado antes y con un poderoso pedaleo, arriesgando en una bajada muy peligrosa y mostrando un enorme dominio de la máquina sobre la que montaba se hizo acreedor a los honores que el día 3 de septiembre le arrebataron.
No se ha olvidado del buen ciclista que fue Raymond Poulidor, hijo de unos labradores de Mérignat, que nunca quería ganar aunque sí lo hizo en no pocas ocasiones. Tampoco se olvidó de Jacques Chirac, expresidente de la República francesa, aficionado al ciclismo, enamorado del Tour al que cada año acudía para seguir alguna etapa de las que merecían la pena.
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