Como escribí en el comentario de la sexta etapa, en la que se subía el Monte Aigoual y se cruzaba el Macizo Central por la parte más suave, esta parte de la carrera rueda por una zona de montañas con origen volcánico que siempre se ... atraviesan a los participantes del Tour. Baste con decir, y es muy significativo, que el Puy Mary se subió por primera vez en 1959, el año en el que Federico Martín Bahamontes ganó el Tour de Francia. Pero su triunfo se basó en la cronoescalada del Puy de Dome porque, en el Puy Mary, la victoria le correspondió al francés Louis Bergaud. Quizás por ello, en alguna ocasión, el toledano me dijo que esta de ayer fue la subida que más le costó en su momento.

Publicidad

Y no había más que ver ayer el rosario de ciclistas que buscaban la llegada de esta decimotercera jornada, de uno en uno, por parejas como mucho, y con el ritmo descolocado al que les obligaba la dureza de los 5.400 metros finales. La imagen del ganador del pasado año, el colombiano Egan Bernal, doblado sobre el manillar, sin apenas encontrar la respiración y tratando de recuperar fuerzas simplemente para alcanzar el hotel, puede ser la imagen del día.

Luego, cada cual se queda con aquello que más le haya impresionado. Por ejemplo, a mi, que de momento no me preocupo de la general porque me gusta vivir el día a día. Y si no me preocupa la general tampoco me llaman la atención aquellos que pelean por ser los primeros el último día. Y, en esta línea, me emocionó mucho más el duelo que mantuvieron desde las primeras rampas Daniel Felipe Martínez y Lennard Kamna. Cada uno de ellos buscaban su primer éxito en Francia. Roglic y Pogacar tenían la vista puesta en futuras e inmediatas fechas de competición

Pero, como ayer decíamos, el pelotón no reacciona a una escapada más que cuando cree que la puede anular. En Sarran se salieron con la suya. Pero, ayer, solo lo hicieron cuando tenían casi once minutos de retraso con los 17 escapados entre quienes había dos españoles; Marc Soler y David de la Cruz. Los necesitados de victorias. Y esos hambrientos son los que dan lustre al ciclismo y al Tour y nos animan a los espectadores.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad