Félix Suárez señala a Javier Mínguez una foto durante la inauguración del pabellón que lleva su nombre en La Cistérniga. El Norte

Félix Suárez en la memoria

De ayer a hoy ·

El autor aprovecha la desidia en el Tour de Francia para rendir homenaje al ciclista vallisoletano, fallecido a los 69 años víctima de una cáncer

ángel maría de pablos

Sábado, 5 de septiembre 2020, 10:22

Cuando el Tour de Francia está a punto de doblar su primer tercio de carrera, en Valladolid nos ha dejado un ciclista excepcional y una excepcional persona: Félix Suárez Colomo. Al corredor de La Cistérniga le ha matado un cáncer contra el que llevaba luchando ya varios años ... sin la suerte que se merecía todo un campeón como él. Y el cáncer se le ha llevado con una juventud de 69 años, de la misma forma que una caída tremenda le retiró de la bicicleta con tan solo 27.

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Félix fue el hombre que nos descubrió a los vallisoletanos, y descubrió a Castilla y León, la belleza del ciclismo en pista después de mostrar su punta de velocidad en las llegadas de no pocas carreras de ruta. Algo que no se le escapó a Gabriel Saura, por entonces seleccionador nacional, que le llevó a los Juegos Olímpicos de Munich 72 después de haberse proclamado campeón de España de velocidad en cuatro ocasiones y dos veces más en el kilómetro lanzado donde su inmensa humanidad y la fortaleza física de sus piernas le hacían volar sobre el velódromo. Siempre daba lo máximo hasta el final.

Imagen de la inauguración del pabellón que lleva su nombre con un artículo de El Norte en primer plano que informa de sus dos títulos nacionales de pista.

Subcampeón de España de aficionados en 1974 pasó a profesional de la mano de Saura donde logró imponer su potencia en el Trofeo Masferrer y en distintas etapas de las Vueltas a Levante y Aragón. Podía haber sumado un más importante palmarés pero con 27 años sufrió una caída que le afectó al cráneo y, como he dicho, con 27 años y una familia a la que no quería arriesgar optó por dejar el ciclismo que era su gran pasión. Pero era tan enorme su humanidad que, ya retirado, se dedicó a entrenar en el velódromo vallisoletano a los jóvenes valores que iban surgiendo. La noticia de su muerte me causó una tremenda conmoción porque, pese a lo mal que estaba, todos creíamos que su fuerza de voluntad y su potencia física le avalaban frente a la enfermedad. Descanse en paz el amigo, el deportista y la gran persona que era.

¿Tengo que hablar de la etapa de ayer en el Tour?... Qué decir de quienes piensan que «si la gente quiere espectáculo, que vaya al circo». Poco ¿no?

Pues eso. Aunque la jornada de ayer tuvo la virtud de romper el pelotón en tres grupos, se resolvió al esprint como otras anteriores y con una nueva victoria de Van Aert.

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