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El pasado mes de mayo salió la noticia. El ciclista vallisoletano Alejandro Franco González daba el salto al profesionalismo. A punto de cumplir los 21 años, este estudiante de ingeniería informática correrá las dos próximas temporadas en el Burgos-BH. Sus buenos resultados en la última campaña no han pasado desapercibidos. Ha ganado, enrolado en las filas del Gomur-Cantabria Infinita, la Santikutz Klasika de Legazpi, la Clásica de Durango, la prueba de Vigo de la Copa de España, una etapa de la Bidasoa Itzulia, otra etapa de la Vuelta a Navarra y la Subida a Urraki. Seis triunfos en 16 días de competición en los que recorrió nada menos que más de dos mil kilómetros. Ocupa la segunda plaza en el ranking sub-23 de la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) y la décima posición en la Copa de España de su categoría.
También ha participado este mes de junio en la Course de la Paix, prestigiosa carrera por etapas celebrada en República Checa, como integrante de la selección española. El vallisoletano fue uno de los seis elegidos para esta cita y fue el mejor de los españoles al acabar quinto en la clasificación general.
Muchas victorias esta temporada que muestran bien a las claras que es uno de los ciclistas más fuertes en categoría sub-23 y que por ello ha atraído el interés de un equipo profesional. Pero el vallisoletano todavía quiere más y eso espera conseguirlo este fin de semana en los Campeonatos de España que van a tener lugar en tierras mallorquinas. Allí solo participará en la prueba en ruta sub-23, «la contrarreloj no se me da my bien», señala consciente de que es una de las cosas en las que debe mejorar. «Me gustaría ganarlo, pero vamos a ver lo que se puede hacer. Me veo con opciones», asegura. No conoce el recorrido de la prueba, pero sabe que en el tramo final hay varias subidas que pueden ser el momento decisivo de la carrera, el instante perfecto para los más fuertes del pelotón. Y es que a Alejandro no se le da nada mal cuando la carretera se empina. Se autodefine como un corredor bastante completo. Este año ha demostrado que tiene un buen final para batir a sus adversarios. Sube bien, llanea y lo que haga falta.
El ciclismo le enganchó a través de la televisión. Su primer contacto con la bicicleta como deporte llegó a los doce años por medio de la escuela que dirige el también vallisoletano Juan Carlos Domínguez en Arroyo. De ahí, su ascenso ha sido meteórico hasta ser uno de los mejores ciclistas en edad sub-23 y lograr dar el salto al profesionalismo. Alejandro asegura que se baraja que esta misma temporada pueda probar en alguna prueba profesional con el Burgos-BH, aunque su incorporación definitiva no sería hasta el próximo 1 de enero, donde oficialmente ya sería corredor del conjunto burgalés. Por ello, de momento, no tiene calendario definido para después del Campeonato de España.
Preguntado por sus ídolos en el mundo del ciclismo, el joven corredor lo tiene claro: el esloveno Tadej Pogacar. «También he crecido viendo a Contador y Valverde», resalta.
Le dedica unas veinte horas a la semana a los entrenamientos. «Mayoritariamente trabajo con la bicicleta, pero también le dedico tiempo a la natación y al gimnasio», explica. Sabe que su paso al profesionalismo le va a a exigir mucho más tiempo dedicado a ello, pero no sufre. «Me gusta entrenar. No supone un problema para mí», reconoce el joven corredor.
Ambiciona poder crecer en el mundo del ciclismo profesional, aunque prefiere no ponerse metas. «Hasta que debute y vea como es no puedo hacerme una idea de la manera en la que me puede ir todo», concluye.
De momento, este sábado peleará por llegar a ser campeón de España sub-23.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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