Raúl repite el gesto que hizo tras ganar la Madrid- Antonio de Torre

Los primeros triunfos de un campeón en ciernes

La victoria en la Madrid-Segovia resaltó el nombre del ciclista de MTB de Revenga Raúl Rodríguez, que lucha por ganarse un espacio en este duro deporte

Sergio Perela

Segovia

Lunes, 20 de junio 2022, 13:50

La senda por la que ha discurrido el ciclista Francisco Herrero es tan solitaria que, hasta este último año, el nombre del de Carbonero el Mayor no ha tenido el respeto y los laureles. Y esa es la senda que se ha lanzado a recorrer ... otro ciclista más joven, de Revenga, como es Raúl Rodríguez. A sus 20 años, compagina sus estudios como opositor con la que se ha revelado como su gran pasión, la bicicleta de montaña. La victoria en la clásica Madrid-Segovia, puso su nombre en el disparadero y, el fin de semana siguiente, alcanzaba por primera vez un podio en el Open de España

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«Es la prueba de casa y, aunque parezca que no, estaba muy nervioso», confiesa después de hacer unas fotos cerca de su casa, en el pantano de la localidad segoviana. «Cuando me apunté, lo hice gracias a mi familia, que me achuchó un poco. Decidí hacerla y muy contento por poder realizar una prueba de las tantas al año en la que competimos que pasa, como aquel que dice, por la puerta de casa». El valor que Raúl le da a esta victoria es relativo. Por un lado, la prueba le dio el punto de forma y de competición necesario para lograr su primer éxito importante la semana siguiente. Por el otro, es una fama efímera que se queda más en casa de lo que se proyecta hacia afuera: «Soy un chico que tiene 20 años, que lleva en el mundillo nada y menos. ¿Que se me conozca? Aquí en Segovia muchísima gente me conoce, todos los ciclistas, con todo el mundo me llevo bien. Una Madrid-Segovia tiene mucho prestigio aquí, pero a la hora de ir más arriba, que es a lo que aspiramos, se necesita mucho más. Tiene mucho prestigio, pero mucho más prestigio tienen los Open de España, a la hora de llegar a lo que queremos. Pero sí es verdad que estamos ahí, que mi nombre empieza a sonar, le preguntan a mi hermana los profesores. Me enorgullece y a mi familia, después de todo el trabajo y los madrugones impresionantes que nos pegamos. Que por lo menos merezca la pena».

Rodríguez insiste mucho a lo largo de la conversación en eso de que es muy joven y de que, a pesar de venir de un deporte también duro como el triatlón, este es el primer año «dedicado específicamente y tomándomelo como un ciclista profesional». Porque su historia con la bicicleta de montaña comenzó en pandemia. Y de la mano, además, precisamente de Francisco Herrero y otro amigo. «Francisco, aparte de un referente para mí, ha sido junto con Álvaro Nieto, un amigo de Peñafiel; los que me han enseñado, los que han hecho que me entrara el gusanillo y los que me han motivado para decir que si me lo tomaba en serio, si iba día a día, si era constante, las cosas llegan. Y más entrenando con dos chicos a los que les ha costado. Francisco es muy constante, trabaja muchísimo y lo ha conseguido. Un referente en el ciclismo y en el deporte segoviano».

La familia es el equipo

El mundo del ciclismo de montaña es muy diferente al de carretera. «La verdad es que, en el ciclismo es muy complicado y más en montaña. Porque al final en carretera hay mucho más número de equipos y, quieras que no, es más fácil abrirte hueco. En montaña no hay absolutamente nada. Entonces, la única opción, es buscarme mis patrocinadores por mi cuenta. Cuento con el apoyo de mi familia, tanto económicamente como día a día en todas las carreras, que eso es fundamental. Pero es que, sin patrocinadores y dinero, es imposible. Ya queriendo ir a todas las pruebas del Open de España, tanto de Maratón como de Ultramaratón, se te va».

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Efectivamente, un corredor sin equipo profesional se ve obligado a costearse todo: viajes, estancias, equipamiento. Y a esto hay que añadirle que, cuando nadie te conoce mucho, no puedes permitirte el lujo de saltarte ciertas citas o ciertas pruebas. Hay que ir a las máximas posibles, fin de semana tras fin de semana, haya donde haya que viajar. Así que no es del todo real que Raúl no tenga equipo, sino que tiene al «Equipo Rodríguez» a sus espaldas. «Mis padres, mi familia, son un apoyo fundamental para mí, me acompañan en todas las carreras. Si no es mi padre, mi madre. Siempre tengo a alguien. Ellos son los que tengo la suerte de que me llevan, me traen a todos lados; van a todos los avituallamientos a darme botes, les llevo preparados con caja de herramientas por si pasa cualquier cosa mecánica. Son los que me apoyan logísticamente y en todo. Como si corriera para ellos».

Un calendario complejo

Habiéndole hecho mucha ilusión ganarla, la Madrid-Segovia no representó en el calendario de la temporada de Raúl más que una transición necesaria para el Open de España de Astorga, en el que terminó entre los tres primeros. Y es que la temporada del biker comienza a finales casi de la anterior: «Más o menos en octubre, noviembre, la Federación Española publica el calendario de las Copas de España y en función de eso vamos preparando los objetivos. ¿Objetivos principales de la temporada? Todos los Open de España, los campeonatos; pero corremos muchas carreras entre medias que nos hacen coger punto de forma».

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Siguiendo esa línea, el de Revenga se encuentra ahora en mitad de la temporada. «Lo suyo, lo que me gustaría, es correr más o menos unas tres carreras al mes. Intentar competir todo lo posible, que al final es en competición donde más aprendes, donde más coges experiencia y donde más punto de forma puedes llegar a coger. Pero ahora mismo hemos afrontado la primera parte de la temporada, he estado corriendo en la Vuelta a Ibiza, en La Rioja, en muchos sitios. Y ahora ya corro en Galicia y nos tomamos un mes de descanso para afrontar la segunda prueba del Open, en julio. Y luego ya todo el mes de agosto que seguramente no competiré, tomaré para descansar mentalmente y luego ya preparar la recta final de la temporada, que es en septiembre, donde está el Campeonato de España».

Esos son los objetivos a corto plazo, porque mirando más hacia el horizonte, la idea de Raúl es otra. «Al final, todo el desembolso económico, toda la constancia de entrenar-competir-entrenar-competir; al final todo esto es lo que te va a llevar en un futuro a donde está Francisco». No competir siempre, cada fin de semana. Seleccionar para llegar mejor. «Queda mucho trabajo, creo que tengo progresión, veo que me puedo ver delante dentro de unos años. No es cuestión de meterse presión». Es cuestión de disfrutar el camino en su MTB.

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