
Iván Romeo, ciclista del Movistar Team
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Iván Romeo, ciclista del Movistar Team
«Voy a preparar el Tour, la idea es debutar en una grande allí»Iván Romeo acaba de terminar su entrenamiento de cuatro horas del día, en una ruta «con la cabra» –nombre común para la bicicleta de contrarreloj– por la zona de Tudela de Duero, «una con buenas rectas», asegura. Se encuentra en ese momento de la temporada, de 'descanso' entre el primer bloque inicial del calendario profesional, el de antes de las Clásicas de primavera y el Giro de Italia, y el de los llamados a preparar el Tour de Francia, la meca del ciclismo internacional. Ahí está precisamente la mirada del joven corredor vallisoletano, que desvela que está en el grupo de trabajo del Movistar Team para preparar la Grande Boucle.
–¿Se puede anunciar ya que Iván Romeo debutará en una grande en el Tour?
–(Risas) Se puede decir que voy a preparar el Tour y la idea es debutar ahí en una carrera de tres semanas, pero luego decide el equipo. Yo estoy en ese grupo de trabajo de Movistar, del que luego puede haber alguna baja, pero sí, la idea es esa.
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–Si no fuese... Sería La Vuelta, ¿no?
–Eso es. Cualquiera de las dos opciones es buena, y la intención es ayudar en lo que se pueda al equipo.
–Si es La Vuelta, la contrarreloj de Valladolid tendrá una 'X' encima.
–Claro, pero queda mucho para pensar en ello, pero sí, del recorrido de la crono conozco hasta donde estás las alcantarillas.
–¿Está descartado que pudiese formar parte del equipo en ambas?
–Sí. Una u otra será mi primera gran vuelta de tres semanas, y el único objetivo es sobrevivir. Una cosa es una semana, estar ahí en la general, y completar buenas cronos, y otra una carrera como el Tour, La Vuelta o el Giro.
–Cuando consiguió su primera victoria profesional en Valencia, unos minutos después Juan Carlos Domínguez decía que ojito a lo que puede ser Romeo en una grande...
–(Risas de nuevo). Se lo agradezco, pero son palabras mayores. Soy un ciclista muy grande...
–Claro... Porque el pelotón no se ha llenado de corredores de 1,90 metros...
–Vale, es verdad, pero ganar una carrera de tres semanas en la actualidad significa estar por delante de corredores que están considerados la mejor generación de la historia. Ganar a Pogaçar, Vingegaard, Roglic...
–Salió el nombre de Vingegaard. Ya seá habrá quedado con el nombre de Iván Romeo después de su plante en la París-Niza.
–Bueno, vamos a ver, no fue un plante, fue defender lo que creía justo. Para bien y para mal, soy de los que dicen lo que piensan en cada momento, y la carrera se había reiniciado después de haber sido neutralizada. ¿Qué pasó? Que nuestro equipo enseguida subió un coche para darnos ropa de abrigo, y estábamos preparados para cuando se reanudase la carrera... Si otros no estaban... Yo no me enfrenté a Vingegaard, ni a nadie. De hecho, en ese momento no nos dicen nada. Por la radio nos dicen que se neutraliza y luego que se lanza de nuevo... No estaba previsto que se parase de nuevo, y es ahí donde protesto. [Romeo se refiere a cómo los jueces volvieron a parar la carrera al haber corredores importantes, entre ellos Vingegaard que estaban incluso en los coches en el momento de lanzarse de nuevo la etapa].
–De todas formas, no hay carrera que no tenga su polémica con respecto a neutralizaciones, suspensión, modificación... ¿Qué es lo que está sucediendo en este inicio de temporada?
–Bueno, aquel día salió un día buenísimo, y en nada se puso muy malo. Hay que valorarlo y busca una unificación de criterios y de la normativa.
–¿Qué le parece que se diga que ninguna de las carreras que se han neutralizado este año se hubiesen parado hace cincuenta años?
–Que hace cincuenta años quizá los derechos laborales no eran los mismos tampoco... Hay que contextualizar. Estamos en un momento donde se están haciendo pruebas, y muchas cosas están cambiando... Pero lo que hay que conseguir es que haya una unificación de criterios en todas las carreras y que no sea el 'capo' de la carrera el que al final decida qué se hace.
–Este gesto le hizo ganarse el aplauso de buena parte de los aficionados, y no solo españoles. ¿Le llega ese 'feed back'?
–Sí, soy un desastre con el teléfono, pero sí estoy en las redes sociales y me gusta cacharrear, y contestar, y devolver el cariño.
–¿Sabe que Romeo y Pablo Castrillo han cambiado el sentir hacia el Movistar Team? Han pasado de ser considerado un equipo reservón, al que no le da el aire, a ser el el príncipe valiente...
–Algo nos llega claro, pero hay muchas cosas que no se ven. Con Pablo corro muy a gusto. Somos dos corredores muy ambiciosos. Yo prefiero buscar un tercer puesto y moverme, aunque finalmente termine siendo décimo quinto... También Movistar nos ha dado una tranquilidad a ambos que hay que destacar. Tenemos muchos años de contrato, y nos animan además a que si atacamos y fallamos no pasa nada. En mi caso además, no soy un corredor rápido, así que me tengo que mover con tiempo para intentar rascar.
–Ayer por la noche me puse la serie de su equipo, la temporada cuatro, en la que Eusebio Unzúe dice que cada punto es importante en la lucha por eludir el descenso... Mucho ha cambiado la cosa, ¿no?
–Sí, yo entré en el equipo justo la temporada siguiente, pero si vivieron momentos muy tensos ese año. El equipo estaba décimo octavo y con necesidad.
–¿Y ahora? Porque estamos en temporada de descensos...
–Estamos muy tranquilos. Nada que ver. Hemos iniciado bien la temporada, con buenos resultados, y no tenemos esa presión.
–Y si ya pescan en las Clásicas... ¿Qué le parece las críticas a su compañero Iván García Cortina por celebrar un top-10 en Flandes la pasada semana?
–Que hay mucha gente que no sabe lo que cuesta estar ahí, y hacer un top-10 con el nivel de corredores que hay en la actualidad. Creo que solo tres corredores españoles, cuatro con Iván, han logrado un top-10 en Flandes: Flecha, el Bala y Erviti. Una buena demostración de lo difícil que es. Me alegro mucho por Iván porque lo ha conseguido después de muchos intentos, y le ha llegado con 29 años.
–Hablábamos de la serie del Movistar, 'El Día Menos Pensado'... ¿Cámaras para esta temporada?
–Pues sí hemos tenido, es lo único que puedo decir.
–Ha finalizado la primera parte de la temporada con nota... ¿Y ahora?
–Ahora estoy unos días de relax en casa. Días de entrenamientos tranquilos, con tiradas largas de cuatro, cinco o seis horas.
–¿Y después? Entiendo que la preparación clásica para el Tour de Francia.
–Sí. Estaré en Romandía (vueltade cinco etapas, del 29 de abril al 4 de mayo) y luego habrá que ver si Vuelta a Suiza (del 11 al 22 de junio) o Dauphiné (del 2 al 9 de junio)
–¿El Mundial de Kenia de final de año?
–Sí, claro. Es otro de los objetivos. Me hace muchísima ilusión ir.
–Imagino que con su gran ídolo y compañero como seleccionador, como es Alejandro Valverde, ya se la habrá tirado.
–Con la competencia que hay, habrá que hacer las cosas muy bien para estar. Pero sí, me gustaría ganarme un puesto para la contrarreloj, y luego ver si puedo estar ahí para echar una mano a Ayuso, Enric... en la ruta.
El 7 de febrero de 2025 no se le olvidará a Iván Romeo. El corredor vallisoletano de 21 años lograba su primera victoria como profesional en la Vuelta a la Comunidad Valenciana , en una tercera etapa que el campeón del mundo de contrarreloj sub-23 había marcado en rojo en el inicio de temporada. Todo le salió perfecto a la joya del Movistar Team, que se ganó el aplauso del pelotón y sembró de esperanza el futuro del deportista formado en la Escuela Ciclista de Arroyo, discípulo de Juan Carlos Domínguez.
–¿Qué recuerda de aquel día?
– Que fue brutal. Un día brutal. Sabía que podía conseguir la victoria y el equipo también. La etapa la tenía marcada en rojo desde hace tiempo, porque si lograba pasar el puerto, estaba el descenso y kilómetros para rodar. En el autobús nos lo habían dicho a Pablo –por Castrillo–y a mí, y cuando vi que salía fue un momentazo.
–Ya sé que no es mucho de teléfono, pero había mensajes en las redes de reconocimiento de Perico Delgado, de compañeros... De todo el ciclismo español. ¿Cuál le hizo más ilusión?
–Pues fueron muchos, pero me quedo con el del Bala. Alejandro ha sido mi ídolo de la infancia, con el que me he hecho ciclista, y ahora encima ha llegado a ser compañero, técnico... Que tu ídolo esté así de pendiente de ti...
–Fue el premio a la valentía, y le hemos visto volver a intentarlo desde entonces, y desde lejos. ¿Le condiciona ver este ciclismo con ataques a 80 kilómetros de meta?
–Sí, claro. Estar viendo por la tele o en directo a corredores como Pogacar, Remco, Van der Poel, que corren de forma valiente y ofensiva termina por condicionarte, al margen de que yo por sí, lo haya sido siempre. Pero es verdad que ver a los referentes hacerlo marca a las nuevas generaciones, y hace que veamos ese ciclismo actual, que es más atractivo para el espectador o el aficionado.
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