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Iñaki Izquierdo
Domingo, 21 de abril 2024, 21:47
Solo hay un ciclismo y Tadeo es su profeta. Salía Mathieu van der Poel (Alpecin) en la Lieja-Bastoña-Lieja a intentar igualar a Merckx con su tercer monumento del año y Tadej Pogacar (UAE) ofreció un recital. No hay más que un número uno ... y es el esloveno. Lo mismo gana el Tour que en Flandes o las Ardenas. En la tierra de la Toscana y, en dos semanas, en el Giro de Italia. Al sprint o en solitario, como en la Decana, a la que rindió homenaje con su cabalgada.
Pogacar tiene un don para el espectáculo. No le basta con ganar, debe hacerlo con estilo. En quince días comenzará su desafío con Marco Pantani por lograr un doblete Giro-Tour inédito desde que el Pirata lo lograse en 1998. Este domingo, puesto a dar una exhibición, eligió el lugar más mítico de la clásica más antigua: la cota de la Redoute. No buscaba solo la victoria, sino la historia. El Poggio, el Viejo Kwaremont, Arenberg, la Redoute, la Maddona del Gishallo. Lugares santos del ciclismo para consagrarse. Pogacar arrancó y no hubo nada que oponer. Richard Carapaz (EF) intentó seguir su rueda, pero fue un espejismo. Seis kilómetros más adelante el genio ya tenía un minuto de ventaja. Corrió en otro planeta.
El esloveno aterrizaba en Lieja después de una concentración en altura de tres semanas, a la que se dirigió tras su anterior carrera, la Volta a Cataluña, donde ganó la general y cuatro etapas, entre ellas la última, el 24 de marzo en Barcelona. «Tadej no necesita competición para estar inmediatamente arriba», avisó Van der Poel la víspera. Ganó la Strade Bianche viniendo de casa y este domingo dio un recital tras un mes sin carreras.
Es su segunda Lieja tras de la de 2021 y su sexto monumento (Flandes y tres Giros de Lombardía). Era su regreso a la Decana después de su caída del año pasado, que le causó una fractura de escafoides y condicionó su Tour. La de este domingo es su séptima victoria de la temporada y la 70ª de su carrera. Un repaso a la lista refleja que el ciclismo está ante un genio polifacético, que gana en todos los terrenos, todo tipo de carreras y frente a toda clase de adversarios.
Camino de las chimeneas de Lieja no dio opción a nadie, y menos a Van der Poel. El campeón del mundo anduvo todo el día persiguiendo. Se vio cortado en la caída a cien kilómetros de meta que dejó en la parte de atrás a un buen número de ciclistas, entre ellos también a los españoles Alex Aranburu (Movistar) y Ion Izagirre (Cofidis). Todos volvieron y, tras el destrozo de Pogacar, se unió un grupo de 25 corredores para disputarse la tercera plaza. Romain Bardet (DSM) había tirado de experiencia para procurarse un segundo puesto de mérito.
Van der Poel, un grande auténtico, no se dejó llevar, disputó el sprint y logró un tercer puesto para subir al podio en Lieja, tras ganar Flandes y Roubaix.
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