Pidcock se impone al esprint a Hirchi. Efe/M. Van Hoorn
Ciclismo

Pidcock humaniza a Van der Poel en la Amstel Gold Race

El británico del lNeos aprovecha las «no sensaciones» del neerlandés para sumar su primera victoria esta temporada

Juan J. López

Valladolid

Domingo, 14 de abril 2024, 22:14

Thomas Pidcock fue el más zorro en la Amstel Gold Race, en el inicio del Tríptico de las Ardenas. El británico del lNeos jugó al escondite en el inicio de las clásicas de las Ardenas para sumar su primera victoria esta temporada. Se resarció del podio de la pasada campaña, y aprovechó la humanización de Mathieu Van der Poel, en la primera prueba en la que se vio al campeón del mundo fuera de la carrera. Quizá la paliza de Roubaix o del Tour de Flandes hicieron mella en el máximo favorito para llevarse la victoria en Berg, en casa.

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También pudo influir en el neerlandés que dentro de siete días llegue uno de los duelos más esperados de esta primavera, con Tadej Pogacar de test final de cara al Giro de Italia en la Lieja Bastoña. Por una cosa o por otra, el neerlandés se dejó llevar a falta de 30 kilómetros a meta, cuando el resto de rivales, esperaba noticias de él desde 20 kilometros antes. No hubo movimiento, salvo cuando ya la sorpresa se mascaba y fue el lugarteniente de Pidcock, a 43 de la línea de llegada cuando lo probó en el Gulperbergweg. Salió el campeón del mundo a cerrar el hueco, ya sin compañeros en grupo cabecero y con el británico tomando nota.

No le dio continuidad el clasicómano y el escenario ya cambió con respecto a lo visto hace siete días en el pavé; o a hace dos semanas en Flandes. ¿No estaba súper Mathieu? Las dudas se disiparon poco después con el Education First intentando romper la carrera para Carapaz o Jai Hindley, pero ya con menos de 30 a meta, saltaron los Visma, con Matteo Jorgenson y Tiesj Benoot, y Van der Poel no pudo o no quiso responder, ya con Pidcock a rueda de los amarillos.

El no movimiento extrañó de nuevo, y a la revolución de los mortales se sumó por el UAE Marc Hirschi, en detrimento de Juan Ayuso, al que no se le vio en el grupo cabecero tras tener un problema mecánico y no estar en el momento adecuado cuando se movió la carrera.

El que sí estuvo fue Peio Bilbao, que incluso hizo por intentar neutralizar la escapada en los dos últimos kilómetros, pero en el grupo perseguidor no encontró colaboración, y finalmente entró noveno, con Pidcock imponiéndose al esprint, sabiendo que era el más zorro en un corral que se quedó sin gallo contra pronóstico.

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