El perdón a Roglic en la Itzulia

Medio aturdido, apoyado en el coche del equipo y con dos compañeros esperando a ver qué decidía hacer el triple campeón de La Vuelta, se barajaba que Primoz echase el pie a tierra.

Sin mebargo, con la mirada perdida, el vigente campeón del Giro de Italia, decidía volver a subirse a la bici, casi ante la sorpresa de sus dos escuderos, el alemán Emanuel Buchmann y el italiano Matteo Sobrero.

Más de dos minutos y medio perdido con un pelotón que se preparaba para afrontar el ascenso a Olaberria, puerto de tercera categoría, y en el que parecía que el equipo lNeos aprovecharía la coyuntura para acelerar el paso y buscar una mejora en la clasificación. ¿Hubiese sido lo lógico? [...]

Poco le duró el paso a los Fraile, Kwiatkowski y compañía... Porque el segundero en contra del líder de la carrera comenzaba a bajar y bajar, mientras se veía como la cabeza de la carrera se estiraba a lo ancho de la calzada, prueba de la falta de ritmo de la misma. Instrucciones por el pinganillo, manos a las orejas y parón generalizado, con el beneplácito del Soudal de Remco o del Visma de Vingegaard, que no acelerarían la marcha hasta el último sprint intermedio en pro de las bonificaciones, y con ciclistas como el propio Peio Bilbao criticando la decisión tomada por sus compañeros.

Así que, Rogla, visiblemente magullado, en apenas diez kilómetros había contactado con la cola del pelotón antes de emprender el que, a priori, era el punto kilométrico marcado para poder hacer diferencias, el ascenso a Lizarrusti, que se coronaba a 18 kilómetros de la meta de Altasu. Tampoco hubo acción, salvo el intento de Meintjes (Intermarché), al que tampoco se le dejó marchar, con el UAE de Juan Ayuso apareciendo entre los primeros lugares.

La máxima emoción la puso la bonificación de Etxarri Aranatz, a falta de ocho kilómetros, en el que Remco Evenepoel fue el más rápido, seguido de un motivadísimo Isaac del Toro –en una demostración del equipazo que atesora el UAE en esta edició de la Itzulia, y del nivel del joven mexicano–, y con Vingegaard cerrando el terceto bonificado.

Y en la meta, con la parroquia local y con el Movistar soñando con la victoria de Aramburu al sprint, el guipuzcoano se quedaba corto en una llegada que picaba hacia arriba, y en la que fue Quinten Hermans (Alpecin) el que levantaba los brazos por delante de Zambanini (Bahrain) y del propio Aramburu.

Al que quizá no se le aparecieron tanto los dioses del partenón vasco fue a Juan Ayuso (UAE), al que una caída en los últimos dos kilómetros –sin incidencia para la General–, sí que puede dejarle fuera de juego para el resto de la ronda vasca.